La renuncia de Rafael Simón Jiménez al Consejo Nacional Electoral (CNE) no solo ha desatado polémica por la decisión en particular, sino el motivo que ahora lo ubica como candidato a unas elecciones de las que hasta hace pocas horas fue árbitro.
El problema es que aspira a ser diputado con un sistema que él aprobó como rector y que aún no se ha logrado explicar con detenimiento los criterios técnicos-legales que se usaron para, por ejemplo, definir una lista nacional de 48 diputados. Pagó y se dio el vuelto», destaca el periodista especializado en la fuente electoral, Eugenio Martínez.
Señala que si Rafael Simón Jiménez resulta electo diputado, será el resultado del sistema que ayudó a diseñar en la Mesa de Diálogo Nacional y que posteriormente aprobó como rector del CNE.
El sistema electoral que aprobó Rafael Simón Jiménez en el CNE le garantiza ser diputado si encabeza la lista del estado Miranda en una alianza de partidos de la Mesa de Dialogo Nacional. Cargo seguro, explica.
Martínez indica que el primer suplente de Rafael Simón Jiménez es Juan Carlos Delpino y el segundo suplente es Luis Fuenmayor Toro. La lógica del nombramiento del TSJ sugiere que debe ser Juan Carlos Delpino. Sin embargo, los integrantes de la Mesa de Diálogo Nacional prefieren a Leonardo Morales, quien no está entre los designados de julio, acota.
El politólogo Ricardo Sucre Heredia considera que la renuncia de Jiménez golpea a unas elecciones que ya venían cuestionadas, criticadas. No golpea de una manera total porque él no se va denunciando un fraude. La daña, tiene un efecto. Sí tiene un impacto y el gobierno lo reseñó sin escandalizar la noticia, refiere.
Pese al revuelo que generó la dimisión en el seno de la política venezolana, Sucre Heredia destaca que lo central es cómo lo toma la población.
Hace referencia a los recientes números de la encuestadora Delphos sobre la valoración del nuevo Consejo Nacional Electoral. Los números de Delphos dan una idea que no es la que se da en redes sociales, son dos mundos y creo más en el mundo que plantea Delphos, porque es un estudio representativo. Vamos a ver cómo esto cae en la opinión del público que es el que tiene la palanca en este momento, no el G4 ni la Mesa de Diálogo Nacional, sostiene. Es curioso que en la encuesta de Delphos, 42% tiene una opinión negativa, pero 34% positiva. Me llamó la atención porque uno pensaría que la opinión negativa era 60-70. No es una diferencia muy grande, agrega.
Sobre las razones que llevaron a Rafael Simón Jiménez a presentar su renuncia, el politólogo resalta que lo que él (Rafael Simón Jiménez) dijo es cierto, en el sentido que su característica de personalidad es muy habladora, conversadora y para ese puesto se requiere más maña, más astucia. Son esos puestos que a lo mejor no eres una estrella, pero justamente requieren una destreza porque te estás enfrentando a un gobierno que tiene experiencia, técnica, señala.
Siento que él ahí no se vio porque es una persona que declara y me pareció que estaba hablando demasiado, mostrando mucho las cartas sobre la mesa frente a un gobierno del que tú tienes que ser cauteloso. Imagino que no se vio allí y prefiere optar a una candidatura. La crítica es para qué te postulas en un terreno que sabes en que te estás metiendo. Hace un control de daños muy cuestionable, trata de arreglar un conflicto de intereses porque va a ser candidato, puntualiza.