Nacido en la favela de Pavão Pavonzinho, en Copacabana, Socrates Santana comenzaba a surfear con tan solo 7 años de edad, al principio imitando a sus hermanos. Se inició en la práctica de bodyboard sin tener siquiera su propia tabla, practicaba con las de sus amigos hasta que su padre le regaló la primera. Poco tiempo después conseguía entrar en la escuela de bodyboard donde perfeccionó su técnica. En 2015 conquistó su primer título como campeón mundial de bodyboard en la categoría junior. Al año siguiente, 2016, revalidó el título, convirtiéndose así en bicampeón mundial. Ahora con 19 años compite por segunda vez en la categoría profesional.
La historia de Socrates es una historia de lucha y determinación por conseguir su sueño. Sin ayuda financiera ni patrocinios, la perseverancia de este joven carioca con la ayuda de amigos y familia hizo posible reunir el dinero necesario para poder costear los gastos de viaje para participar en los dos campeonatos. Una campaña de crowfounding y diversos eventos en la favela sumaron parte del dinero que llevó a Socrates a la competición.
Cuando conquistaba el título por segunda vez, en Portugal, en 2016, las noticias que llegaban desde su favela recorrían el mundo entero, un tiroteo entre policías y narcotraficantes dejaba varios muertos. La felicidad de Socrates por haber conseguido nuevamente el campeonato se veía empañada por la preocupación por los suyos, pero afortunadamente nada sucedió con su familia.
Desde la azotea de su casa, Socrates contempla cada día una de las puestas de sol más increíbles de Río de Janeiro, con el Pão de Azúcar y la playa de Copacabana al fondo. Su padre, que falleció hace casi 7 años atrás, dejó el terreno preparado y una vez más la determinación de Socrates hizo que el sueño se convirtiera en realidad. Ganó 30.000 reales en un concurso de televisión y con ese dinero consiguió construir, entre él y sus hermanos, la casa que hoy habitan en la favela de Pavão Pavonzinho y que probablemente sea una de las más envidiadas por tener uno de los mejores visuales de Río.
La vida de Socrates transcurre entre la favela y la playa, nada ha cambiado su rutina, continúa bajando a la playa cada día y cuando no hay olas para surfear ayuda a sus hermanos en el chiringuito de playa del puesto 5 de Copacabana, sirviendo bebidas a los bañistas y ofreciendo sillas y sombrillas. El chiringuito, montado por su padre hace más de 30 años, sigue siendo la fuente principal de ingresos de la familia.
Este año, Socrates competirá por segunda vez en la categoría profesional y espera conquistar el título nuevamente. Pero, como siempre se enfrenta a las dificultades económicas para poder costear los viajes que le lleven a disputar las etapas. Por eso, pide ayuda a través de sus redes sociales @socrates_santana (instagram) y Socrates Santana (Facebook).
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