De una golpiza murieron Giannelly y el bebé que llevaba en el vientre

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Un niño de dos años de edad quedó huérfano y sin la posibilidad de conocer a su hermanito, a quien solo le faltaba un mes para nacer, luego de que su padre, Robert Terán, les quitara presuntamente la vida a él y a su madre Giannelly Pirrongelli. El pasado 23 de octubre se cumplió un mes de la muerte de esta joven de 23 años de edad y estudiante de Contaduría. 

“Mi hermana fue víctima de violencia en El Callao. Vivían en casa de la familia de Robert Terán, el esposo de mi hermana y padre de sus dos hijos, uno de dos años y del que estaba embarazada con ocho meses de gestación”, contó su hermana Giorgelli Pirrongelli.

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Sus familiares denuncian impunidad y complicidad de parte de la familia de su agresor. “Ellos tuvieron una discusión por infidelidad, porque él es muy mujeriego. Durante la discusión la golpeó y se vino a Puerto Ordaz. Mi hermana al ingresar a la clínica presenta fiebre alta de 45 grados, estaba vomitando sangre y con la tensión baja, la tenía en 40”, dijo Giorgelli. 

Los familiares cercanos de Giannelly se enteraron de la situación por la hermana de Terán, quien los llamó para informarles lo que supuestamente había pasado. “Nos dijo que mi hermana estaba en la clínica con fiebre, pero nada grave. Jamás me informaron el diagnóstico real de lo que estaba pasando con mi hermana”, agregó Giorgelli.

Diagnóstico falso

Giannelly no solo tuvo que ser “ruleteada”, como se conoce popularmente en Venezuela al traslado que hacen los enfermos de un centro hospitalario a otro hasta encontrar uno donde les puedan brindar apoyo, sino que además los resultados de su muerte, de acuerdo con sus familaire, fueron cambiados. 

Giorgelli denunció que su hermana fue trasladada de El Callao, donde vivía, a Upata para que fuera atendida. “Por su gravedad, la remitieron a una clínica en Upata, donde fallece. Ahí no la quisieron atender porque ella ingresó en mal estado, solo le prestaron primeros auxilios y la remitieron a una terapia intensiva en Ciudad Guayana”.

Sin embargo, Giannelly murió antes de poder ser trasladada por segunda vez. “A mí me llamó la mamá de Robert y me dijo que mi hermana falleció de preeclampsia. Para nosotros fue un shock porque el embarazo era exitoso. El bebé estaba bien, ella estaba bien. Mi hermana nunca presentó ningún síntoma anormal, una muchacha joven, sana. Entonces eso nos pareció sospechoso, pero le creímos la versión que nos habían dado”, recordó. 

Agregó que a la sospecha se sumó el comportamiento extraño del esposo de la víctima: “A las horas de su muerte, apareció Robert Terán para hacerse cargo del sepelio. Él insistía que quería que mi hermana fuera enterrada en El Callao, pero no lo aceptamos. Después nos dijo que no íbamos a poder verla, ni trasladarla o hacerle autopsia porque supuestamente había sido preeclampsia complicada con COVID. Nos insistió mucho en eso y nos pareció raro”.

No obstante, las autoridades policiales solicitaron la autopsia de rutina y esta dejó en evidencia las verdaderas razones por las que falleció la víctima: “De los golpes que Robert le dio a mi hermana, tuvo desprendimiento de placenta y el bebé murió automáticamente. La autopsia reveló que tenía marcas de estrangulamiento, un hematoma en la parte occipital del cerebro, hematomas en el abdomen y varias lesiones en el cuerpo”. 

La verdadera razón de su muerte fue hipoxia severa, debido a una insuficiencia respiratoria aguda, provocada por asfixia mecánica. Es así como Giannelly pasa a engrosar la lista de mujeres víctimas de violencia de género. 

“Si te ama no te hace daño”

Giorgelli dijo que esta experiencia despertó en sus familiares la necesidad de hacer algo para evitar que se sigan cometiendo crímenes de violencia de género o violencia doméstica, por lo que decidieron adelantar una campaña para que las víctimas alcen sus voces a través de las redes sociales y que todas las que se sientan identificadas tengan la confianza necesaria para denunciar a su agresor. 

“A través de mi Facebook Gelys Pirrongelli y en más cuentas de Instagram @Gpirrongelli y @justiciaparaginaysubebe, invitamos a todo el que se quiera sumar a la campaña, para pedir justicia por las víctimas”, señaló. “Las estamos invitando a que denuncien, que no se queden calladas, que no se sientan solas, porque muchas mujeres se sienten amenazadas. A veces la sociedad las tilda de culpables, que ellas se lo buscaron porque no denunciaron, pero ellas son las víctimas”.  

“Solo deben tomarse una foto con un cartel y replicar alguna de estas frases: ´La persona que te ama no te maltrata. No más violencia verbal ni psicológica ni física. Ni una más. No más mujeres asesinadas. No más impunidad. No más mujeres abusadas. No más femicidios´. Con eso no vamos a revivir a mi hermana, pero sí podemos ayudar a que otras familias no pasen por este dolor tan grande y eso nos da mucha fortaleza. Nos reconforta”. 

Giannelly, como tantas otras mujeres con destino infortunado, le dio una nueva oportunidad a su agresor. Una fatídica oportunidad. “Mi hermana había sufrido anteriormente agresiones de parte de él, yo tengo evidencia de eso y ya las tienen las autoridades. Mi hermana en varias ocasiones se separó de él por los maltratos que recibía. Luego le dio esta oportunidad, volvieron y lastimosamente ya no quedó para contarlo”. 

Actualmente, Robert Terán se encuentra detenido en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Upata, con orden de reclusión en El Dorado (Bolívar), la cual no se ha acatado. Los familiares de la víctima exigen que sea trasladado para que cumpla condena por ambos crímenes. “No solo mató a mi hermana, sino que también le quitó la vida a un bebé inocente que venía sano y tenía todo el derecho de vivir y conocer a su mamá”, afirmó.

Giorgelli quien describió a su hermana como “una muchacha alegre, carismática, muy sociable, caritativa, que le brindaba la mano a quien lo necesitara y una excelente madre”. Aseguró que no descansará hasta obtener justicia: “Hoy somos la voz de ella pidiendo justicia. Justicia para mi hermana y su bebé, que él pague condena en una cárcel y que paguen sus cómplices, porque a él lo ayudaron a encubrir el crimen”. 

El consejo final de Giorgelli es a no quedarse calladas. A las víctimas que tengan la fuerza necesaria para denunciar y huir de su agresor. “También queremos llevarle un mensaje a todas las mujeres que estén pasando por un episodio de agresión física, verbal o emocional, que se sientan abusadas, que recuerden que no están solas, tenemos que alzar la voz”.

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