En las últimas semanas, partes policiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), reseñan delitos protagonizados por menores de edad con tijeras y otro tipo de armas punzo penetrantes con un alto grado de violencia.
También se han reportado homicidios en los que delincuentes decapitan a sus víctimas y las exhiben en lugares públicos para enviar un mensaje de autoridad territorial y control de drogas entre bandas.
El criminólogo y director de seguridad del municipio El Hatillo, Javier Gorriño, dijo a HispanoPost que los crímenes con armas blancas tenían bastantes años que no se daban. Destacó que una de las causas es que hoy por hoy hay menos armas en la calle.
Señaló que las bandas siguen teniendo el control de las armas, pero al hampa común se le dificulta un poco más debido a la suspensión del porte de armas.
Explicó que en el mes de diciembre hay una combinación con ingesta alcohólica que incrementa la violencia y se producen más hechos delictivos con armas blancas. Está más ligado a la violencia colectiva que vive el país junto a la fuerte crisis, dijo.
Aseguró que así como la recesión económica está afectando al ciudadano común, el hampa también sufre los efectos. En un mercadito en El Hatillo todos los sábados iba una persona a atracar, era la misma de siempre hasta que le montamos una trampa, lo agarramos y nos dijo: Estamos mal aquí los que nos dedicamos al robo, vas a robar a alguien y no tiene celular o el que tiene está todo roto, buscas cadenas y joyas y no tienen, no hay efectivo.
Para el hampa (común) las cosas están mal, la crisis ha tocado a todo el mundo, afirmó Gorriño. Manifestó que las armas cortas (pistolas) se cotizan en dólares y sobrepasan los 1.000 dólares.
El abogado criminólogo y experto en seguridad, Fermín Mármol García, subrayó que en países empobrecidos como el nuestro se va a ver una delincuencia menos estructurada que va a utilizar objetos contundentes para cometer fechorías, los más predilectos son los objetos punzo penetrantes.
Destacó que el precio de las balas está cercano a dos dólares para una pistola calibre nueve milímetros. Es costoso y lo que resulta curioso es el uso indiscriminado de las municiones por parte de los delincuentes en momentos festivos, en momentos de control territorial disparando al aire. Un arma calibre 9 milímetros está entre 1.500 y 3.000 dólares una que está muy usada en el mercado negro, precisó.
Con respecto a los crímenes donde se producen decapitaciones y descuartizamientos, Gorriño consideró que son protagonizados por bandas y tienen un componente importado de México.
Antes los acribillaban y les pegaban 80 tiros, pero ahora ha entrado en boga el descuartizamiento. Bandas en disputa de territorio, drogas y venganzas son las que en su mayoría apelan a este tipo de actos criminales, detalló.