La escasez de gasolina que vive el país atraviesa su punto más crítico con la paralización de las refinerías de Cardón y El Palito -ubicadas en los estados Falcón y Carabobo, respectivamente- y la incertidumbre de importar combustible de Irán, aseguraron fuentes del mercado interno de derivados de hidrocarburos que pidieron guardar su nombre en reserva.
Agregaron que el desabastecimiento llegó para quedarse incluso en Caracas, a la cual la administración de Nicolás Maduro le ha dado prioridad en el suministro.
Concesionarios de estaciones de servicio de la capital corroboraron esta información. El carburante solo está llegando a 4 o 5 bombas de la ciudad y a las que Petróleos de Venezuela (Pdvsa) se ha visto precisada a compartir la carga que distribuyen pocas gandolas.
«Desde la semana pasada estamos secos: no ha llegado ninguna cisterna y ni Pdvsa ni los militares dan información sobre la llegada de nuevos suministros», contó un concesionario de una bomba en el centronorte de Caracas.
Otro propietario de una gasolinera en el noreste caraqueño contó que «la gente se pone muy nerviosa y hasta agresiva en las colas luego de horas en espera».
Las extensas filas de vehículos se ven tanto en las estaciones de servicio premium, que venden la gasolina a precio internacional de 50 centavos de dólar el litro, como en las de precio subsidiado (5.000 bolívares el litro). En las pocas bombas con provisión se ha impuesto el racionamiento del combustible.
«En Caracas el ZODI (Zona Operativa de Defensa Integral) retomó el lunes el control de las bombas que venía ejerciendo Pdvsa los últimos cuatro meses, de acuerdo con un instructivo enviado a los concesionarios», dijo un expendedor.
Sin embargo, el control del ZODI ya está en los expendios del interior del país desde hace varias semanas y donde ocurren a diario protestas de los conductores exigiendo gasolina.
Los gobernantes regionales toman medidas para enfrentar el desabastecimiento, como el gobernador de Sucre, Edwin Rojas, que suspendió la venta de gasolina a los particulares.
«En Caracas se le da preferencia a las ambulancias y los vehículos del personal de salud, funerarias y sector público, aunque siempre los militares colean a sus amigos», narro un expendedor.
Las fuentes del mercado interno destacaron que la gasolina proveniente de Irán fue embarcada el martes en tres buques en el Golfo Pérsico. «Ese cargamento tardara en llegar a Venezuela de tres a cuatro semanas si Estados Unidos no lo detiene en el camino», expreso uno de los consultados.
Agregó que el mercado interno depende de los inventarios que «ya están en rojo, por lo que el régimen de Maduro restringirá aún más el suministro al mercado interno».
Una de las fuentes indicó que por la cuarentena por el COVID-19 y la paralización de las actividades de sectores no esenciales la demanda nacional de gasolina cayó de 80.000 a 55.000 barriles diarios, y «aun así los inventarios existentes no alcanzan».
Refinerías en shock
Las consultados resaltaron que el último accidente en Cardón fue de mucha gravedad y comprometió seriamente la planta catalítica productora de gasolina, por lo que esa fuente de suministro está cerrada.
Agregaron que la posibilidad de contar con combustible depende de la pronta puesta en operación de la unidad catalítica de El Palito para producir unos 20.000 barriles diarios, los cuales no cubren la demanda interna.
«Quedó demostrado que el apoyo técnico de Irán y los esfuerzos del personal existente de Pdvsa no tienen la capacidad ni la experticia para arrancar las refinerías. Cada vez que lo intentan los daños son peores», aseveró una fuente.
Por ello, los consultados aseguraron que sobre la mesa esta la opción de recurrir a los trabajadores de Pdvsa despedidos en 2002. «Esa gente si tiene la preparación técnica necesaria, además de que conocen a profundidad las refinerías y su funcionamiento», destacó uno de los informantes.
Añadió que la condición para que ese personal se reincorpore es una amnistía de la administración de Maduro para los 20.000 despedidos, pasándolos a la condición de jubilados y luego contratar a los empleados que se necesiten en la reactivación de las plantas de las refinerías, comenzando por Cardón.
«Ya Maduro dio un paso con la liberación de un centenar de presos políticos. Amnistiar a los petroleros despedidos es la mejor solución para recuperar las operaciones en Pdvsa, seriamente afectadas en buena parte por la falta del personal adecuado», sostuvo una fuente.
No olvide ver nuestros reportajes en: www.hispanopost.com