Las últimas decisiones sobre el Consejo Nacional Electoral a través del Tribunal Supremo de Justicia y las gestiones para ayudar al empresario Alex Saab, detenido en Cabo Verde, provocan más presión y aislamiento internacional a la administración de Nicolás Maduro.
Así lo afirma el exsenador de Venezuela en la Organización de Naciones Unidas (ONU), Emilio Figueredo Planchart. Maduro se ha vuelto muy reactivo. A partir del momento en que detuvieron a Saab en Cabo Verde, el nerviosismo ha hecho que cometan muchos errores: primero que el canciller haya declarado que Saab tenía pasaporte diplomático, que era un agente del Estado y ahí se ve que no reconocen la convención de Viena de relaciones diplomáticas. Tener pasaporte diplomático no te da ninguna inmunidad, explicó.
Advirtió que en el caso de que al empresario colombiano, señalado de ser supuesto testaferro de Maduro, lo recluyan finalmente en prisión o lo extraditen convierte virtualmente al régimen en cómplice si Saab es acusado de delitos, pues está reconociendo que es un agente del Estado.
Considera que otro de los errores cometidos en las últimas semanas corresponde a la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral. Hasta Bachelet se pronunció sobre el procedimiento y la forma, dijo.
Otro error es que el CNE en control de Maduro aumente 100 diputados. Están cometiendo errores tras errores que los aíslan más y le hacen la situación más difícil en el ámbito internacional, añadió Figueredo.
Al ser consultado sobre si el apoyo de países como Rusia, China, Turquía o Irán pueden equilibrar la balanza ante las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea, respondió: ¿Cuál de esos países tiene una verdadera democracia? ¿Cuál de esos está dando el apoyo que Cuba recibió de la Unión Soviética?.
China hace rato que no presta ni un yuan, Rusia tiene tiempo que no presta un rulo. Irán será muy amigo tuyo, pero la ayuda es a cambio del oro. Se están aprovechando de la circunstancia para sacarle algo de esto. ¿Quién es el gran beneficiario de la corrupción que destruyó la industria petrolera?, Rusia, señaló.
Figueredo manifestó que la permanencia de Maduro en el poder depende de cómo vaya reaccionando la población, depende de cómo vayan estallando las diferentes crisis. Ya tenemos una crisis anunciada por el aumento de casos del coronavirus, ya estalló, no la pueden ocultar, concluyó.
El internacionalista Carlos Luna destacó que el nuevo impase con la Unión Europea no se limita al bloque continental, sino que estamos hablando del mundo occidental que ha denunciado al unísono la precariedad democrática en Venezuela, las irregularidades y el irrespeto a una serie de principios, valores, prácticas y sobre todo conductas que debe tener una democracia occidental.
Explicó que la expulsión de la representante de la Unión Europea en Venezuela, decisión que luego fue reconsiderada, significó una reacción virulenta de Maduro y alertó que podrían presentarse más episodios como estos contra diplomáticos en el país.
Hay amenazas a la Embajada de España en Venezuela por hospedar a Leopoldo López, lo que puede profundizar más la crisis. El régimen de Maduro se ve cada vez más cercado y presionado, advirtió.
Considera que la Unión Europea había tenido una postura de contrapeso a lo que eran las sanciones por parte de Estados Unidos. Se había mantenido abierta al diálogo, a la negociación, se había mantenido trabajando a través del Grupo de Contacto para buscar una solución pacífica, pero podría venir una radicalización para presionar aún más a Maduro, añadió.
Luna sostuvo que los aliados del gobierno de Maduro son países que mantienen una narrativa y un accionar internacional revisionista del orden actual que no comparten los principios, valores y prácticas de la civilización occidental, porque ellos relacionan todo eso con hegemonía de Estados Unidos y como están en contra de los estadounidenses hacen una simplificación bien dura.
Con respecto a la continuidad de Maduro ante la presión internacional, Luna señaló que no le basta para sostenerse. Apoyarse en sus aliados para mantenerse en el poder significaría una jugada muy arriesgada, porque los mecanismos y las prácticas no son pacíficas y da una percepción muy negativa ante el mundo, puntualizó.