El hospital ubicado en la zona de Carabanchel en Madrid se encontraba abarrotado de pacientes con coronavirus el viernes 20 de marzo. Entre ellos estaba Ana María, hija, hermana, sobrina y prima de una numerosa familia caraqueña que por los problemas de Venezuela está regada en varios países: España, Estados Unidos, Italia, México y Panamá.
El chat familiar «Buenos diaz», por el cual regularmente sus miembros se comunican para saber cómo están y compartir experiencias y noticias como la de las últimas semanas respecto al avance del COVID-19, fue sacudido ese viernes con el mensaje angustiado de la mamá de Ana María. La joven se encontraba hospitalizada y aislada con neumonía.
Contó que Ana María llevaba 20 horas sentada en un sillón recibiendo el tratamiento y a la espera de que se le asignara una cama. Conocida la situación, automáticamente todos los Díaz y amigos cercanos activaron sus mensajes de solidaridad y consuelo.
Ya no era un caso lejano de alguien o algunos que se contagiaron con el coronavirus, era un integrante de la familia que hizo comprender la angustia de muchas otras familias con uno de los suyos afectado por la pandemia.
Los familiares, quienes lamentaban no poder estar presente acompañando a la madre, a su joven hija y al resto de la familia en España en ese difícil momento, realizó cadenas de oración encomendando a Dios y a la Virgen la salud de Ana María. «Estamos lejos, pero rezando por ti y siempre contigo», era uno de los muchos mensajes de los miembros de la familia a través del chat y, en este caso, de una prima que vive en Venezuela.
El sábado llegaron los primeros reportes alentadores de que la paciente respondía al tratamiento y hasta este miércoles 25 de marzo el reporte médico indica que está en franca recuperación y en unos días la mandaran a casa, pero continuando la medicación.
«Recibí mensajes y llamadas de los parientes en Estados Unidos, Italia, Panamá y México brindando su solidaridad por mi hija. Tengo mucha fe en Dios de que sanará totalmente porque ella es una sobreviviente», contó su papá Ignacio Díaz, residenciado en Margarita.
Destacó que no solo fueron la familia y los amigos cercanos quienes dieron sus mensajes de apoyo, sino los distintos grupos de oración de parroquias en la isla y Caracas. «Más de 100 personas estuvieron y están pendientes de su salud, multiplicando el mensaje en las redes sociales y acompañándonos solidariamente.
Gracias precisamente a las redes sociales la familia pudo mantenerse en contacto por la salud de Ana María. «Pienso mucho cómo nuestros antepasados sobrellevaron situaciones de pandemia, sin la posibilidad de comunicarse y tener noticias porque los medios no existían», dijo el padre.
La familia Díaz tuvo otro momento de regocijo con el mensaje de un sobrino que desde México informaba que él y su familia habían dado negativo en el despistaje de coronavirus. De todas maneras, todos los miembros de la familia añoran estar juntos en una mejor Venezuela, sobre todo, en un momento tan fuerte como el actual.