Prescribir y llevar un plan de ejercicio en pacientes con diabetes requiere conocer el tipo de diabetes, los niveles de azúcar en sangre antes del ejercicio, la medicación y sus horarios y la ingesta de alimentos.
Los adultos con diabetes mellitus tipo 1 que se mantienen activos, reportan mejor presión arterial e índice de masa corporal, así como también tienen menos requerimientos de insulina y menos probabilidades de presentar acidosis.
De igual forma, el ejercicio ,en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, mejora el control del azúcar en la sangre, principalmente a través de un incremento del consumo de glucosa por los músculos e inhibiendo la producción de la misma por parte del hígado.
Actualmente, Sociedad Americana de Diabetes recomienda que las personas con diabetes mellitus tipo 1, realicen al menos 150 minutos /semana de ejercicio tanto aeróbico como de fuerza, a intensidad moderada y no deben pasar más de dos días sin realizar actividad física alguna. Sin embargo más del 60% de esta población no tienen un programa de ejercicio bien estructurado por miedo a presentar hipoglicemias. Esto se debe a la falta de información de los efectos del ejercicio en el control de la glicemia.
Por otro lado, las guías para la diabetes en Australia recomiendan que los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 o pre diabetes acumulen un mínimo de 210 minutos/semana de ejercicio a intensidad moderada o 125 minutos de ejercicio a intensidad vigorosa tanto en el entrenamiento aeróbico como en el entrenamiento de fuerza.
Luego del ejercicio físico, el riesgo de hipoglicemia aumenta en los pacientes con diabetes tipo 1, debido al aumento de la sensibilidad a la insulina que se presenta justo al terminar la actividad y aparece incluso 7-11 horas después , pudiéndose prolongar hasta 24 horas post ejercicio. Sin embargo las hipoglicemias en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 son muy raras, al menos que exista la administración de insulina o sulfonilureas.
Por esta razón monitorear los niveles de glucosa 2 o 3 veces antes del ejercicio, disminuyen el riesgo de hipoglicemias post ejercicio, esto es especialmente importante cuando se aumenta la duración e intensidad del ejercicio o cuando se comienza un nuevo programa o modalidad de entrenamiento.
Por último, las recomendaciones individuales dependerán del nivel y la respuesta de la glicemia al entrenamiento. En los casos en que el ejercicio sea una contraindicación, bien sea por presentar comorbilidades y complicaciones propias de la enfermedad, contar con un equipo multidisciplinario integrado por médicos, nutricionistas, educadores de diabetes, entrenadores, es esencial para lograr intervenciones exitosas en esta población.