El país de Roberto Durán sigue siendo cantera en el deporte de las narices chatas. En la Ciudad de Panamá, en Curundú, en un lugar donde antes funcionaba un hangar, existe hoy el gimnasio Pedro Alcázar, el rockero. Allí, diariamente, jóvenes de las zonas de menos recursos económicos de la capital del istmo acuden para dar un paso hacia el progreso, a través del boxeo.
Puede existir un campeón mundial entre ellos porque son pobres y quieren salir de la pobreza comenta Carlos Cruz pugilista retirado, ganador de 37 peleas en su carrera y que hoy se dedica a formar boxeadores.
Nosotros no tenemos dinero pero lo poquito que tenemos lo compartimos con ellos para darle para su pasaje, darle para su alimentación dice Rigoberto Garibaldi quien ahora como entrenador asegura ser el único medallista internacional en el boxeo aficionado panameño.
El gimnasio de Curundú es visitado por promotores del boxeo de Colombia, Nicaragua y Estados Unidos por ser considerado una cantera de peleadores.
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