Víctor Cuica fue un artista polifacético. En 1997 se editó el disco Víctor Cuica & Alberto Lazo que incluye uno de los temas que compuso para el cine: Tema de Macu de la película homónima dirigida por Solveig Hoogesteijn. Es un disco fascinante porque en él además de tocar el saxofón, canta y lee poesía. El álbum representa muy bien su carácter multidisciplinario. Hacia varias cosas y las hacia bien.
En la música comenzó muy joven, hoy en día los que disfrutamos del jazz reconocemos en él a una referencia dentro del panorama venezolano. También para los amantes del cine es un personaje representativo, ya que sus caracterizaciones gozaron de gran popularidad sobre todo en los inicios de su carrera.
Su debut en el cine fue en la película de Clemente de la Cerda, Soy un delincuente (1976) donde hizo una pequeña participación.
A esa le siguió Se solicita muchacha de buena presencia y motorizado con moto propia (1977) de Alfredo Anzola.
Anzola, el director que tenía la costumbre de nombrar sus largometrajes con títulos largos y peculiares lo incluyó más de una vez en los suyos. Con él también haria Cóctel de camarones, en el día de las secretarías (1984), Manuel (1979) y De cómo Anita Camacho quiso levantarse a Marino Méndez (1986).
Sus personajes mostraban la vida cotidiana como un reflejo de la personalidad jocosa y muchas veces irresponsable de la idiosincrasia nacional. La picardía criolla mostrada con humor era parte de esos roles que le dieron a su carrera en el cine un primer impulso.
Era efectivo al materializar eso que planteaba Alfredo Anzola en sus películas: «los venezolanos cuando queremos decir una cosa importante la decimos mamando gallo. Las verdades se dicen mamando gallo, cuando alguien te dice algo como mamadera de gallo te está diciendo realmente lo que le importa» comentó Anzola en una entrevista publicada en el Blog Los Grandes mentirosos.
Ese cine donde lo más importante era el buen humor, con tramas ligeras y divertidas, sin la violencia que caracterizó a otros largometrajes de la época, representa la otra cara de la realidad en una Venezuela de aspiraciones, donde la prosperidad era el objetivo de la mayoría.
En una entrevista en el programa Toda una vida conducido por Alfredo Sánchez y que podemos encontrar en el canal de YouTube de Ver TV Noticias publicada en 2014, Víctor Cuica contó que comenzó en el cine por pura casualidad. Su vecino, el también actor Wiliam Moreno, le pedía ayuda para repasar los libretos. Luego por una sugerencia de la esposa de Moreno decidió presentarse a llamados e iniciarse como extra.
Víctor Cuica también realizó películas dramáticas. Participó en Disparen a matar (1990), Santera (1994), Un domingo feliz (1989), Maroa (2006), entre otras. Sin embargo, los personajes humorísticos lo llevarían a festivales naciones e internacionales.
El músico venezolano hizo la banda sonora de uno de los mayores éxitos de taquilla nacionales Macu, la mujer del policía (1987) y del corto El mar del tiempo perdido ambas bajo la dirección de Solveig Hoogesteijn.
La vida es corta, pero sin duda hay personas que se encargan de aprovecharla, él fue una de ellas.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol
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