El mundo se paró. Y con él casi la vida misma. Por lo menos la industria del entretenimiento se ha visto muy afectada por la pandemia del COVID-19. No solo la música con la cancelación masiva de conciertos y giras, sino también el cine.
Películas que fueron promocionadas con, incluso, años de antelación han debido guardar sus galas para fechas posteriores. Otras, en pleno rodaje, tuvieron que guardar las cámaras para cuando toda esta locura pase. El mundo, entonces, ya no será el mismo y, a lo mejor, esas producciones tampoco.
En la larga lista de quienes se quedaron con las ganas de llegar a los cines (¿quién las verá si las salas de todo el mundo están cerradas?) están, entre otras, Wonder Woman: 1984, Fast & Furious (la novena entrega de la saga) y No time to die, la nueva aventura del 007, junto con Mulan fueron de las primeras grandes apuestas de los estudios para antes de la primavera. Pero la misma llegó y las producciones tuvieron que posponer sus estrenos.
De hecho, la de Mulan tenía más de un año organizándose por todo lo alto en China. Y al ser este el país origen del virus COVID-19, tuvo que ser suspendida y estrenada en algo más sobrio en el teatro chino de Hollywood. Pero solo un fin de semana pudo estar en las grandes pantallas. De los tanques de Hollywood que esperan su estreno mundial con bombos y platillos.
Pero no solo los estrenos fueron afectados, también los rodajes tuvieron que tomar su pausa forzada. Roma y Nueva York que son de las ciudades más utilizadas en los grandes rodajes hollywoodenses, irónicamente, son las dos más golpeadas por el coronavirus. La mortalidad en Italia a causa del COVID-19 superó este martes más de 6 mil casos. Allí se rodaba la nueva Mission: Impossible y desde Tom Cruise hasta el último extra tuvieron que salir del país.
En cuanto a Nueva York, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que es la ciudad de Estados Unidos donde más crecen las cifras de contagio. La nueva experiencia de Home Alone también tendrá que esperar para volverse a filmar.