Desde su aparición con las redes sociales, Twitter primero e Instagram después, los llamados «influencers» nunca han estado en centro de la polémica, como ahora en tiempo de coronavirus.
Siempre se ha cuestionado su influencia sobre el público, más allá de provocar que sus miles, o millones, de seguidores les dan a esas figuras la posibilidad de lucrarse mientras ellos sirven, a juicio de algunos, como «títeres» para los intereses de otros. En este caso, del influencer. Se cree que mientras más seguidores se tenga más cool es la figura en cuestión, por lo tanto más altos serán los honorarios que cobran por publicitar y vender (ellos dicen en sus textos que «recomiendan», no que lo hacen por dinero) unos productos o servicio.
El dinero puede venir de tres formas: en efectivo, por intercambio o una combinación de ambas. Lo cierto es que mientras la mayoría de los influencers se molestan porque los llaman mercaderes más que influenciadores, cuando se acaba la relación comercial con su cliente, lo «recomendado» también desaparece de sus publicaciones.
No obstante, el comportamiento de sus seguidores sí puede verse influido seriamente. En Venezuela es de reciente data la polémica del entrenador físico Richard Linares, quien con más de 2 millones de seguidores en su cuenta de Instagram, provocó (él ha dicho que fue sin quererlo y sin buscarlo) que sus seguidores literalmente apedrearan virtualmente a una bióloga quien lo cuestionó por tener dos guacamayas como mascotas. «Mis seguidores le están dando una enjabonada, son lo máximo» escribió cuando el lío estaba en pleno auge. Días después le ofreció disculpas a la científica y en su publicación terminó diciendo que reafirmaba lo dicho sobre sus seguidores. «Siempre serán lo máximo»….
La crisis del coronavirus ha puesto nuevamente sobre el tapete el rol de estos personajes, Gente como Taylor Swift, Cristiano Ronaldo, Kim Kardashian, David Beckham, Rihanna y hasta Bill Gates, entre muchos otros, han donado millones de dólares para las investigaciones, dotación de personal médico y sanitario y otras iniciativas que se adelantan sobre la materia.
Pero otros se han convertido en el centro de la polémica. La estadounidense Ava Louise fue la primera en prender las alarmas cuando en la naciente red Tik Tok subio un video lamiendo la tapa del inodoro de un avión y con ello creo un challenge. Ahí etiquetó a varios de sus colegas. Las críticas no se hicieron esperar, Ya ella había tenido una polémica previa cuando en un post le dijo a sus seguidores que la única manera de ser exitoso en la vida era siendo delgado, no importaba cuáles fueran los métodos para conseguirlo,
El único que respondió (o por lo menos subió el video de que había cumplido el reto) fue Larz un influencier californiano, quien también ha estado en el centro de la polémica en varias ocasiones. A sus 21 años, el chico fue hasta el baño de un centro comercial y lamió un inodoro. A los dos días de haber dado a conocer el clip de su reto, subió otro en el que se le veía en una cama de hospital, donde lo trataban por haber contraído coronavirus.
Pero él no se conformó con eso. Ya recuperado fue invitado al popular programa de Dr, Phil donde además de hablar de esas experiencias, fue cuestionado por lo que decía su familia sobre su particular manera de vivir, Son irrelevantes, ninguno de ellos tiene seguidores. Si tuvieran seguidores o se hicieran ricos, probablemente volvería a hablar con ellos, declaró. Nada más que agregar.