El cuatrista de las marchas: Venezuela está a mitad de un joropo

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    Las manifestaciones de protesta que se iniciaron a fines de marzo en Venezuela contra el presidente Nicolás Maduro en demanda de elecciones generales, la liberación de presos políticos y ayuda humanitaria de medicamentos, ha generado la aparición de figuras emblemáticas que se han convertido en héroes anónimos, que se han popularizado por su difusión a través de las redes sociales.

    Uno de ellos es el músico Tomás Vivas, nativo de Mérida en los Andes venezolanos. Apareció en la protesta del jueves 20 de abril, el mismo día, en el mismo lugar y casi que al mismo tiempo que Hans Wuerich, el hombre que se desnudó frente a una tanqueta de la Guardia Nacional.

    A diferencia de Hans, Tomas sólo se descubrió el torso porque utilizó su camiseta blanca para cubrirse la cara con el fin de protegerse de los gases lacrimógenos que lanzaba la Guardia Nacional contra los manifestantes. Sólo sostenía un cuatro (el instrumento musical venezolano semejante a la guitarra de sólo de cuatro cuerdas) y comenzó a tocar una pieza de joropo, un género musical propio de Venezuela –también de Colombia- marcado por un toque fuerte del cuatro, maracas y arpa con un baile caracterizado por el zapateo fuerte por parte del hombre y el balanceo en el caso de la mujer.

    En medio de la manifestación, Tomas gritó frases como “Esta es el arma del pueblo”, para referirse a su cuatro; “Viva Venezuela Carajo”, por la cual más de una persona lo comparó con el general José Antonio Páez , héroe de la Independencia de ese país, quien en una de las guerras vociferó: “Vuelvan carajos”, aunque los textos escolares por razones pedagógicas lo reseñan como “Vuelvan Caras” por aquello de evitar que los niños aprendan grocerías.

    También Tomás exclamó un refrán muy venezolano: “A ponerse las alpargatas que lo que viene es joropo”, que significa que una situación determinada puede complicarse y hay que estar preparado para afrontarla. Vale mencionar que se difundió mucho a finales de 1998 como parte de una una declaración que dio el ex presidente venezolano Luis Herrara Campins, tras el triunfo electoral de Hugo Chávez.

    El músico recurrió al refrán en el contexto que suele utilizarse frecuentemente y de allí que considere que la crisis venezolana se encuentre como a mitad de un joropo, pero mantiene esperanza de un cambio y que haya reconciliación en la población. Por lo pronto, cuestiona cuando ve al presidente Nicolás Maduro bailar mientras se acentúa la represión.

    En las redes, la imagen de Tomás con el instrumento musical le valió el rótulo de “Super 4” y al igual que Superman o Batman, dos días después –en a llamada Marcha del Silencio que se dio en Caracas el sábado 22 de abril- apareció descubierto, sin la capucha en la cara, sólo una gorra de beisbol, cargaba también el cuatro, pero esta vez tocó una suave y melancólica tonada.

    Tomás es docente de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Uneartes), imparte clases particulares de cuatro y guitarra, y se prepara para participar en un nuevo ciclos de funciones del musical “A todo volumen”, inspirado en la música de los años 80, dirigido por la actriz venezolana Elaisa Gil, y que en 2016 tuvo éxito de taquilla en sus presentaciones en Caracas.

    Sus seguidores en Twitter e Instagrama por la cuenta @tomasmusico han crecido exponencialmente y no han faltado memes y caricaturas que lo elogian junto a la hermana Esperanza, el nudista Hans o la señora que se paró frente a una tanqueta.