«El dilema no es votar o abstenerse, sino la estrategia que se tome»

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Ramón Guillermo Aveledo, quien se desempeñó como el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se tomó un tiempo, en una conversación distendida con HispanoPost, para evaluar el panorama político nacional y los efectos de las recientes acciones de la oposición.

-¿Existe unidad en este momento?

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-La unidad ha sido la principal fuerza que le da credibilidad interna e internacional a la oposición venezolana, porque le da autoridad moral y política, confiabilidad de que es capaz de entenderse en un país tan peleado, y esa credibilidad refuerza la esperanza de que como estamos unidos sí podemos ganar. El gobierno, aunque sea minoritario en la población, la gente percibe que es fuerte porque están unidos y porque los recursos que tienen los administran con una gran falta de escrúpulos. Esa circunstancia le dice a la gente que si no estamos unidos no vamos a poder.

¿Por qué considera, entonces, que se haya deteriorado la unidad opositora, siendo un esfuerzo que costó tanto alcanzar?

-La oposición se concentró mucho en la dirección parlamentaria y se fueron dejando de lado las reglas de funcionamiento de la unidad sobre la base de los acuerdos. Cuando hay muchos consensos es más fácil manejarse sin reglas. Pero cuando estos consensos no están definidos, ahí son necesarias las reglas para poder tomar decisiones. Un desacuerdo puede hacer que se paralice la acción política y como está paralizada cada uno se siente autorizado de actuar por su cuenta. Ese es un riesgo que hay que anticipar, porque para la etapa que viene hay que tomar decisiones y la unidad es muy importante.

-Precisamente, sobre “lo que viene”. Constitucionalmente está planteado que para finales de 2020 se elija una nueva Asamblea Nacional y desde el 20 de mayo de 2018, cuando Nicolás Maduro se proclamó presidente reelecto de Venezuela, pese a las denuncias de la oposición de fraude, venezolanos y gobiernos piden que estas elecciones se repitan. Sin embargo, el sistema electoral ha sido tildado de viciado. ¿Qué dice Aveledo al respecto, es prudente ir a elecciones o llamar a la abstención? 

-Ninguna de las dos elecciones puede soslayarse políticamente como propósito y responsabilidad del liderazgo. Hay que pensar en cuáles son las decisiones que hay que tomar de cara a la lucha por el cambio político a través de elecciones libres y transparentes. No se trata de decidir si participamos o no. Eso es un falso dilema. Me parece que esa no es la discusión, la decisión que tomemos tiene que estar sustentada en cuál es la estrategia de la que forma parte.

-Si tomamos la decisión de participar es porque hay una estrategia y si tomáramos la decisión de no participar, no es solamente por decir que no, tiene que ser porque hay una estrategia y siempre ofrecer un camino. Tú no puedes simplemente tomar una decisión diciendo: “Y si no funciona esto ya veremos después”. No se trata de un plan B, tiene que ser una estrategia que tiene distintos pasos tácticos, objetivos de corto, mediano y largo plazo, que se van ajustando con la realidad.

¿Y esto es posible? ¿No le parece difícil en estos momentos que vivimos, sortear la división y la desesperanza dentro de la oposición?

-La política no es el arte de lo posible, es el arte de hacer lo posible lo que es necesario. La condición de posible es esencial, pero no se agota la política en ella. La política necesita que sus decisiones y sus estrategias sean realizables y posibles, pero cuál es la clave de esa posibilidad, pues que se haga lo que es necesario. Por otro lado, sí, es dificilísimo que este momento de desilusión y desánimo en la gente, que ha sido trabajado por el gobierno, lo convirtamos en la elección libre como un mecanismo de lucha por nuestros derechos, pero es necesario, porque qué otra herramienta tenemos nosotros. Tenemos que trabajar en qué es lo que yo tengo que lograr este año para avanzar en el camino con el cual estoy comprometido con el pueblo venezolano, que no es otro que el cambio político y ese es el objetivo necesario.

Para lograr esto se necesita un líder, ¿existe un liderazgo real dentro de la oposición?

-Hay un objetivo: producir el cambio político para el país, que sea pacífico, democrático, constitucional y electoral. Tácticamente hay que irlo ajustando regularmente porque la realidad cambia, hay demandas y desafíos nuevos. Por supuesto lo principal es estar a la altura de esa responsabilidad. A ese liderazgo le toca señalar un camino, decir por dónde es la cosa. No solo el destino, sino el camino. Desde luego que no es una fórmula matemática o algo inmodificable. Esa ruta para llegar hasta allá, son acciones políticas concretas, que no hay que anunciarlas de una vez pero que hay que señalar.

¿Es Juan Guaidó el líder capaz de asumir esa responsabilidad y el que necesita esta etapa de la lucha venezolana? 

-Buena parte de esa responsabilidad va a recaer en Guaidó, que no significa que hay que dejarlo solo y que hay que esperar a que él haga, porque es la cabeza de un movimiento. Es quien tiene una posición de liderazgo en la oposición venezolana. No hay otro dirigente político en la oposición que tenga esa misma cualidad en este momento y, por cierto, en el mundo del oficialismo tampoco. Por eso estamos hablando de la persona, la individualidad del líder político más importante del país hoy.

-Sin embargo, hay quienes critican este liderazgo e intentan disminuirlo.

-Se ha visto el fortalecimiento que ha tenido Guaidó las últimas semanas, paradójicamente después de un fin de año que parecía debilitarse su liderazgo y luego del asalto a la Asamblea Nacional. Después, la exitosa gira internacional lo ha fortalecido. Mi visión es que ese fortalecimiento hay que invertirlo. Así como en tiempos de hiperinflación hay que invertir pronto porque se devalúa la moneda, en tiempo de crisis política a veces no es bueno esperar para invertir. Hay que hacerlo antes de que se devalúe ese capital, porque se puede esfumar, disolver o por lo menos, debe haber con prontitud y yo creo que la venida de Guaidó es una buena oportunidad para el señalamiento de un camino.

¿Considera que la reciente gira internacional de Guaidó ha sido productiva?

-Por lo pronto ha ayudado a que se fortalezca su liderazgo y su reconocimiento internacional. Eso ha permitido que su imagen se renueva y se vea todo lo que ha pasado, las cosas logradas y las no logradas, que no han deteriorado ese liderazgo. Eso es importante porque le da fuerza para hacer lo que viene, depende de cómo se invierta esa ganancia. Creo que no podemos ver a Guaidó con la idea antigua y mesiánica, de vamos a ver ahora qué hace el líder. Hay que recordar que él es quien encabeza un movimiento. obviamente tiene un peso distinto al de todos nosotros, pero es una responsabilidad compartida. Lo que vayamos decidiendo tenemos que decidirlo juntos, a veces cuesta más, pero hay que decidirlo juntos para que dé resultado. 

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