El confinamiento por el COVID-19 podría no solo estar deteriorando la salud mental de los ciudadanos, sino también la bucal. Los altos costos, además de la crisis económica por la que atraviesa el país, ha obligado a los venezolanos a acudir al odontólogo, generalmente, solo para solventar emergencias y no para prevenirlas.
HispanoPost conversó con tres odontólogos sobre los problemas de salud bucal que enfrentan los venezolanos. Kar López explicó que el bruxismo – la acción del apretamiento dentario- viene intensificándose desde hace unos años atrás. Esta patología tiene una causa principal, el estrés que se agudiza a medida que la situación económica y social en el país se ve alterada, indicó.
La odontóloga señaló que en más de 70% de la población venezolana han aumentado los niveles de estrés, ya sea por pensar en el bien de su familia y el destino del país, trayendo como consecuencia el apretamiento dentario. Actualmente, los pacientes que suelen agendar cita conmigo por una fractura dentaria, que es por el mismo bruxismo, entendible ya que es de conocimiento público lo que padecemos en el día a día y la preocupación por el COVID-19, agregó.
Su colega Lissette Moreno explicó que la pandemia ha potenciado muchos hábitos como el bruxismo. Este hábito no se elimina por completo sino se trata y, aunque no reconozcamos la ansiedad, ese estrés puede provocar bruxismo.
En cuanto al ritmo de asistencia a consultas durante la pandemia, José Gabriel Cardozo, detalló que en principio el desconocimiento y miedo al COVID-19 restringieron la afluencia de pacientes. Al principio, las indicaciones eran atender solo las emergencias por la exposición al COVID-19. Los odontólogos somos los que tenemos el mayor riesgo de contagio debido a los fluidos de la boca, que es la principal causa de transmisión del virus.
No obstante, detalló que los descubrimientos que se han obtenido durante estos seis meses de confinamiento sobre el virus han permitido tomar nuevas medidas. Ya se ha descubierto que si se respetan todas las medidas de bioseguridad, los riesgos disminuyen casi a cero. Sin embargo, muchos pacientes no se arriesgan y no asisten a consultas de control, salvo que sea emergencia, mientras dura la pandemia, dijo Cardozo.
Sin plata no hay consultas
Lo recomendable es que una persona acuda una o dos veces al año a control odontológico, no solo cuando se sienta dolor o sea una emergencia, pero los costos de las consultas y de los tratamientos especiales han hecho que baje la asistencia de los pacientes a estas consultas de rutina.
Realmente las personas no suelen acudir con regularidad al odontólogo. Cuando se ven en ese aprieto es cuando recuerdan ir a consulta. Sin embargo, había una tasa alta que pasaba de no asistir a asistir, bien sea por trato del odontólogo al paciente y la forma de pago, dijo López.
El índice de personas que requieren tratamiento más invasivo y más prolongado ha aumentado significativamente, pero no por temas de COVID, situación país y declive de la economía, una situación que nos involucra a todos. El venezolano en general se caracteriza por ser una persona bien vestida y con una fascinación por la estética, comenzando por el cuidado de sus dientes. Sin embargo, no todos actualmente pueden costear dichos tratamientos, añadió.
Moreno, quien emigró hace dos años, recuerda que ya antes de irse de Venezuela los pacientes solo acudían a consulta por una emergencia, es muy poco el porcentaje de la población que acude a consulta por controles, es decir, de manera preventiva, ya que lo ideal sería asistir al odontólogo cada seis meses para un chequeo y limpieza. No toda la población tiene la capacidad económica para colocar la odontología entre sus prioridades, señaló.
En los sectores de bajos recursos es donde más ha disminuido la asistencia al odontólogo como medida preventiva. Cardozo señaló que, generalmente, estas personas suelen acudir por exodoncia, para la extracción de alguna pieza dental.
Actualmente no hay casi atención odontológica pública, porque no hay recursos de nada. Cuando mucho se extraen dientes. No se están haciendo los tratamientos para restaurar un diente y mantenerlo en la boca porque no tienen recursos para costear ese gasto. Es muy común que vayan solo cuando presentan algún tipo de dolor, cuando los analgésicos dejan de hacer efecto, afirmó Cardozo.
Prevenir para no lamentar
Los especialistas, conociendo la situación socio económica por la que atraviesa Venezuela, sumada a la incertidumbre de la pandemia, ofrecieron una serie de recomendaciones para prevenir y evitar cualquier emergencia dental que podría comprometer el presupuesto de una familia y su estabilidad emocional.
Ahora todos los costos son en dólares, por ejemplo, una exodoncia puede costar 30 dólares. Una persona que gana sueldo mínimo o un poco más es como imposible costearse eso y ni hablar de colocarse una ortodoncia. Así que lo mejor es cuidar la higiene bucal. Si tienes una rutina de higiene bien realizada, las posibilidades de padecer alguna enfermedad periodontal, caries y, por ende, la factura de una de las estructuras dentarias, son mínimas, explicó Moreno.
Detalló que una buena rutina debe cumplir estos pasos básicos: Cepillado 3 veces al día, ya que estás en casa no hay excusa para no hacerlo. Usar el hilo dental y enjuague bucal por lo menos 2 veces al día, y si no tienes enjuague, el agua con sal ayuda a cicatrizar, limpiar y mantener desinflamada las encías. Además, bajar la ingesta de dulces también ayuda.
López, quien es profesora de higienistas dentales, enseña a fomentar el correcto cepillado dental: La mayoría de la población actualmente desconoce cómo se debe cepillar, por eso es fundamental la asistencia al odontólogo. Tengo una frase que les digo a mis pacientes: ´No esperes a que duela, sale más caro esperar que ir cuando corresponde.
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