Desde la reconversión monetaria en agosto de 2018, las empresas en Venezuela han convertido en una práctica común el pago de bonos en dólares para compensar y retener a sus trabajadores.
Este mecanismo permite a los empleadores enfrentar la depreciación del salario golpeado fuertemente por la inflación además de evitar el éxodo laboral, aseguró el sindicalista Froilán Barrios.
El representante del Frente de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato considera un contrasentido la crítica de Wills Rangel, presidente de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela, contra los bonos de 100 y hasta 300 dólares mensuales que pagan las transnacionales petroleras bajo el argumento de que deteriora la contratación colectiva.
El chavismo inició el desmantelamiento de la convención colectiva petrolera desde 2004 con el desconocimiento de la meritocracia seguido por la eliminación del comisariato en 2005, recordó Barrios.
Insistió que la reconversión monetaria es el punto de quiebre de todos los contratos colectivos en Venezuela pues barrió las escalas salariales.
El dirigente resaltó que actualmente no hay contrato colectivo que dure un mes, pues los montos establecidos en las cláusulas son rebasados rápidamente por la hiperinflación.
Francisco Luna, directivo de la Futpv, sostuvo que toda compensación que sirva de estímulo laboral es bienvenida. En lugar de criticar a las empresas que dan bonos, Wills Rangel debería obligar a Petróleos de Venezuela y al resto de los organismos públicos a pagar ese beneficio a los empleados que cobran salarios hambre, dijo.
Refirió que con su política la administración de Nicolas Maduro acható las escalas salariales de los sectores público y privado y, en el caso petrolero, el sueldo quedó en 100.000 bolívares al mes, equivalente a 12,7 dólares a la tasa de cambio de ayer.
Barrios manifestó que 300 dólares está muy por debajo de 3.000 y 4.000 dólares mensuales del salario que gana un trabajador petrolero en Colombia, Ecuador o México.