En el Cementerio del Este los familiares no consiguen a sus muertos

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    En el Cementerio del Este las familias de los difuntos deambulan entre las parcelas para dar con la ubicación del fallecido al que fueron a visitar. La búsqueda resulta fallida en la mayoría de los casos debido a la ausencia de lápidas que ayuden a identificarlos.

    Carlos Alberto Rodríguez, en compañía de sus hermanas y sobrinos, es una de las personas afectadas. Explica que después de caminar por más de hora y media por la terraza del cementerio donde reposa el cuerpo de su hermano desde hace más de 30 años, no logró hallar la parcela de su familiar. Está molesto, triste y pide a la administración del lugar que implemente medidas.

    El robo de lápidas en Venezuela existe desde hace más de una década, pero en los últimos años se ha intensificado. En julio de 2018, la diputada y presidente de la Comisión de Administración y Servicios de la Asamblea Nacional, Nora Bracho, informó que habían sido robadas 6.000 lápidas de las 20.000 existentes en las 170 hectáreas que abarca el Cementerio de la Guairita, nombre con el cual también se conoce a este lugar.

    Este año el cementerio dio respuesta a quienes reclamaron y la solución es el sistema de identificación en granito con grabado a láser. El canje de placas se realiza a través de un reclamo en las oficinas administrativas. HispanoPost pidió hablar con la doctora encargada, pero no recibió respuesta.

    La información que se le ofrece a los familiares que buscan obtener las nuevas placas son: los datos del difunto, el número de parcela y el de contrato, además de indicar el correo y teléfono de contacto. Datos como el conocimiento del número de la parcela obligan a cada persona a ir un mínimo de dos veces a esas oficinas.

    Durante la espera en los espacios administrativos del Cementerio del Este se pudo constatar cómo una empleada le decía a una persona que solicitaba la restitución de lápida que “el problema por el cual no se le ha podido entregar la placa es que no hay base de cemento”. La espera de quienes han hecho la diligencia es indefinida porque no se cuenta con este material.

     Ante el problema, comerciantes cercanos a la entrada del cementerio crean lápidas de distintos materiales y precios, como es el caso de Pablo Moreno. Aseguró que aunque algunas placas “no les gustan a las personas, se van a tener que acostumbrar”.

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