Para quienes aman la música y viven la vida con banda sonora, la realidad siempre se divide en dos: la del mundo, esa a la que todos tenemos acceso y la personal, esa que no está al alcance de la mayoría y tiene el sabor, el olor y al atmósfera de alguna melodía.
No es un secreto que la música tiene el poder de cambiar el sentido de la realidad y potenciar nuestras estados de ánimo. La música es un entusiasmo, una energía, transforma todo, puede modificar tu forma de mirar el mundo y tus circunstancias en un segundo. En Baby Driver, Edgar Wright lo prueba al permitir que el protagonista de su película, la use para llevar a cabo todas sus acciones, sobre todo las ilegales que implican un alto riesgo.
Baby (Ansel Elgort) es un chico callado y en apariencia tímido, que tiene que pagarle una deuda a un mafioso (Kevin Spacey) trabajando para él. Su trabajo es manejar y apoyar a los maleantes cómplices de su jefe cuando comenten una serie de asaltos que implican sortear una infinidad de situaciones típicas de cualquier cinta de acción.
No obstante, esta no es una película como las otras, no es una cinta de asaltos y balas como las que estamos acostumbrados a ver, en este filme, algunas canciones populares transforman el sentido de lo.que sucede dándole una atmósfera dinámica.
El musical es un género generalmente romántico, tranquilo, lleno en su mayoría de situaciones armoniosas. En esta película nada es armonioso, más bien todo se torna desastroso y aunque no es estrictamente un musical, casi podría considerársele un pariente lejano, pues la música acompaña el 90% de lo que vemos y marca la pauta de cada escena. Además es el sostén del protagonista y su motivación fundamental.
Baby Driver le da un nuevo punto de vista a las viejas películas de acción, ya que además de balas y persecuciones, el humor y la música otorgan una mirada fresca sobre planteamientos conocidos. A ratos el filme parece un homenaje a otras películas, eso lo descubrirás rápidamente por el sinfín de guiños cinéfilos que posee. También se presenta como una parodia de ese género de acción que últimamente parece un poco repetitivo.
Al igual que en las películas de Tarantino, en la cinta escrita y dirigida por Edgar Wright, la muerte es superficial y los hechos se presentan de un modo en que no puedes sentir su gravedad, aquí no hay drama, el humor no permite que te tomes lo que sucede muy en serio.
Baby Driver es una película para melómanos y una cinta de acción para amantes de las bandas sonoras.
Luisa Ugueto
@luisauguetol