La serie española protagonizada por Leonor Watling y Pablo Derqui que cuenta con la participación especial de Juan Diego Botto plantea dos lugares comunes universales. El primero que los recuerdos y los sentimientos de los seres humanos se albergan en órganos del cuerpo, para ser exactos en el corazón. El segundo, que los periodistas son capaces de todo, inclusive de perder la vida, por revelar la verdad y salvar al mundo de la iniquidad de los hombres.
Dos ideas muy románticas que, más allá de que creas en ellas o no, en esta ficción funcionan debido al modo en que se nos presentan.
Sin la impecable realización de Pulsaciones, disponible en Netflix, creada originalmente por Antena 3 y Globomedia, sería difícil sentir como verosímil sobre todo el primer planteamiento. Porque no solamente resulta traído de los cabellos, también es un tanto cursi.
La premisa fundamental de la serie se apoya en la llamada teoría de la memoria del corazón, la cual asegura que este órgano alberga recuerdos y sentimientos. Lo que supone que al ser trasplantado, el receptor no solo recibe el corazón, también comienza a experimentar cambios en su forma de ser, pensar y sentir.
Esta teoría ha sido rechazada ampliamente por médicos y científicos. Aunque cuenta con el respaldo de algunos pacientes que se han recibido trasplantes y aseguran tener recuerdos y emociones de sus donantes.
En Pulsaciones, Alejandro (Pablo Derqui) un médico ambicioso y egoísta sufre un cambio radical en su personalidad luego de realizarse un transplante de corazón. El donante es un periodista que nada tiene que ver con su forma de ser. Rodrigo Ugarte (Juan Diego Botto) es un tipo altruista, con ideales, que termina muerto por inmiscuirse demasiado en un asunto turbio.
Para los amantes del thriller esta ficción española será una oportunidad de disfrutar de una verdadera pesquisa policial que se va resolviendo (y enmarañando) capitulo a capitulo. Esta investigación estará aderezada con otro tipo de conflictos igual (o quizás) más difíciles de desenredar: los románticos y emocionales. Cada episodio (son diez) brinda la oportunidad de tratar de entender a los protagonistas, que casi nunca saben lo que quieren realmente.
En la serie también se tocan diversos temas que pueden tener un asidero en la realidad. Hay tramas que se desarrollan en el ámbito político. Otras en el médico, se explora el concepto de ética en medicina. Más allá de sus temas, esta ficción se la juega y utiliza todos los elementos de cualquier serie de acción hollywoodense: explosiones, persecuciones, asesinatos. Técnicamente podría decirse que es perfecta. Tanto la realización como las actuaciones cuentan con un 100% de la calidad y la verosimilitud que necesita cualquier producción que valga la pena.
¿Puede realmente una persona llegar a creer que se ha convertido en otra solamente por haberle sido trasplantado su corazón? ¿Existe la memoria del corazón? Estas preguntas quedaron flotando en mi mente al finalizar Pulsaciones.
No tengo respuestas claras, pero lo que si es cierto es que cualquiera puede llegar a obsesionarse tanto con algo como para sentirlo real.
Pulsaciones es una propuesta que vale mucho la pena, a pesar de no ser ni única, ni diferente. Posee una calidad pareja en todos sus aspectos y en este caso eso es suficiente.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol