En esta edición del Buen Decir y Punto, la escritora Eritza Liendo, expresa que decir mi persona en lugar de yo es una forma de tercerizar la propia identidad; de anularnos discursivamente. Cuando, con el ánimo de dar una información o una explicación, se dice: Estuvimos presentes Luis Felipe, Daniela, Andrés Eloi y mi persona, da la impresión de que se está hablando de cuatro seres distintos.
Mi persona siempre refiere a una tercera persona, a alguien distinto a usted. Hace pensar en alguien con quien usted tiene una relación muy cercana de consanguinidad, de amistad o de amores. De hecho, la expresión mi persona es exactamente del mismo tenor semántico que mi tía, mi comadre o mi esposo. Siempre será un él o una ella diferente del sujeto que está hablando.
La sugerencia es dejar de lado la falsa modestia. No hay nada de malo en decir yo, pero sí mucho de extraño en hablar de usted como si usted fuera otra persona o, lo que es peor, ¡como si no estuviera presente!
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