19 de junio de 2017, aproximadamente a las 4:30 pm, repicó el teléfono de Iván Urbina. Un primo que vivía en Caracas llamaba a sus familiares, en Aragua, para informarles que se habían comunicado con él desde la Clínica Ávila, ubicada en Altamira. Iván, me acaban de llamar. Fabián está grave en la clínica, fueron las palabras que estremecieron al hogar de los Urbina.
Eso fue un golpe al hígado, es indescriptible lo que uno siente en ese momento. Lo primero que uno se pregunta es: ´Qué le pasó a mi hijo, qué le hicieron, en qué condiciones estará, recordó Iván en entrevista para HispanoPost, quien por las lluvias recientes lleva varias semanas presentando problemas con su línea telefónica, tal como hace 3 años.
Mi esposa estaba enfrentando un cáncer de laringe en el momento en que asesinaron a nuestro hijo. Cuando mi primo llamó, estábamos en pleno proceso para limpiar el traquiostomo que llevaba puesto mi esposa, porque no podía respirar por sí misma, relató.
La llamada del primo Freddy llenó de angustia a la pareja. Dado el estado del paciente, en el centro asistencial requerían con urgencia la presencia de un familiar directo, pero sus padres estaban en Aragua, donde han vivido siempre.
Intenté llamar a la clínica, hablé con una muchacha que creo era una enfermera. Lo único que me decía era que debíamos ir hasta allá, porque nuestro hijo estaba muy mal. Fueron como tres llamadas en menos de 20 minutos, porque con el problema de las líneas telefónicas la llamada se cortaba, dijo Iván. Para mí, mi hijo llegó muerto a la clínica, aunque por políticas de la clínica no me lo podían decir por teléfono.
Fabián Urbina fue un estudiante universitario que a los 17 años de edad cayó sin signos vitales sobre el pavimento del Distribuidor Altamira de la autopista Francisco Fajardo, la tarde del 19 de junio de 2017 durante las protestas antigobierno. Un guardia nacional accionó su arma de fuego contra los manifestantes, hiriendo de gravedad a cinco personas y robándole la vida Fabián.
Se nos vino el mundo encima
Tras la conversación con la enfermera, Iván pidió ayuda para que lo trasladaran hasta Caracas y poder constatar el estado de salud de su hijo. Recuerda que cuando llegaron a la capital, pasadas las 7 de la noche, el cadáver de Fabián había sido trasladado a la morgue de Bello Monte.
La confirmación de su muerte la obtuvimos a través de las redes sociales. Se nos vino el mundo encima, no sé cómo mi esposa no se murió de un infarto, dijo. Cuando llegamos mi hijo ya no estaba en la clínica, lo habían trasladado a la morgue. Me enfrenté a los trámites forenses y a las 11 de la mañana ya me habían entregado el cadáver de mi hijo.
Sobre el momento en que vio las noticias en los medios digitales, añadió: Fue una experiencia muy devastadora, ver a mi hijo en una foto con el tiro a la altura de la clavícula. Mi hijo no era ningún vago, pendenciero, tira piedra, como lo ha querido hacer ver este gobierno.
Sus padres aseguran que Fabián era un buen estudiante, deportista y amante de la naturaleza. Fue condecorado con la Orden Capitán Antonio Ricaurte, en su única clase, en los años de bachillerato. Se la entregan a quien su calidad humana le hace merecedor y fue asesinado al ejercer su derecho a la protesta. Era un muchacho 100% solidario y luchador, reclamó.
Polvo sobre los expedientes
Aunque el Ministerio Público identificó a los responsables de la muerte de Fabián, y las heridas causadas a cinco personas más, y ordenó su detención, el expediente de Fabián sigue engavetado y llevando polvo, como muchos otros crímenes cometidos por los cuerpos castrenses durante las refriegas de 2017.
Ahí comenzó el arduo y tormentoso camino para conseguir justicia, sentenció. Ya van 3 años y si bien es cierto que el guardia nacional fue detenido, porque fue público y notorio que el gobierno no pudo tapar el hecho, no se han procesado los cargos ni se ha dictado sentencia. Son tres los funcionarios implicados, pero uno en específico es el que asesinó a mi hijo.
Fabián no vivía en Caracas, él había decidido acompañar a un grupo de amigos que viajaron desde Aragua con algunos dirigentes regionales para participar en una nueva Toma de Caracas, convocatoria pacífica hecha por la oposición para marchar desde varios puntos de la ciudad y manifestar el descontento. Sin embargo, ya la represión madurista era común durante las protestas.
Para Mercedes de Urbina el asesinato de su hijo fue ayer, todos los días mi esposa ha llorado desde el asesinato de nuestro hijo. Es algo que hemos vivido día tras día. Sabíamos que iba a Caracas a protestar, aunque no estábamos de acuerdo. Él siempre fue muy franco y sincero, nunca hacía cosas ocultas a nosotros, pero nunca nos imaginamos que sería su última salida.
El caso de Fabián a nivel judicial próximamente cumplirá un año paralizado. Luego de 19 audiencias diferidas, recién el 3 de julio del año pasado se dio lugar a la audiencia preliminar. El asesino de mi hijo no ha sido procesado por un tribunal bajo los cargos que se le acusan, para que pague prisión por la pena cometida y estamos en la etapa de juicio, porque el guardia no aceptó los cargos.
El juicio debió arrancar el 10 de diciembre de 2019, cuando fue fijada la audiencia de apertura, pero fue diferida para una fecha en febrero que coincidía con el martes de carnaval, también fue diferida. No sé si fue con toda la intención o fue una casualidad, luego vino la cuarentena. Mira la fecha que estamos y aun no se ha hecho justicia, dijo.
La pareja que siente sobre sus hombros el peso de un doble adiós, ya que la hermana de Fabián decidió emigrar, huyendo de la represión y la crisis sociopolítica, aseguró que se mantienen a la espera de que los abogados del Foro Penal los llamen para informarles que el caso ha sido reabierto.
Los tribunales no están trabajando por la cuarentena, pero yo estoy con mi esposa acá, seguimos firmes y dignos, exigiendo justicia. Esperando que se reanude el caso y apenas me indiquen una fecha para la apertura de juicio, me trasladaré a Caracas. Prohibido olvidar porque si esto se olvida estamos ponchados, concluyó Iván Urbina.
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