No seguir luchando significa que todo ha sido en vano. Que la lucha de Juan Pablo por su hermana fue en vano, dijo Elvira de Pernalete, durante el conversatorio Transformando el dolor en acción, organizado por Defiende Venezuela a propósito de cumplirse tres años de la muerte de cientos de víctimas de la represión madurista.
Elvira y José, padres de Juan Pablo, destacaron el valor e interés que tenía su hijo hacia los demás. Desde joven participaba en los modelos de las Naciones Unidas. No estaba alejado de la realidad del país a pesar de su corta edad y de que no conoció otra forma de gobierno, dijo Elvira.
Añadió en la época en la que fue hijo único lo criaron a fuerza de amor y valores Fue hijo único, un joven soñador y apasionado en todo lo que hacía. Desde pequeño defendía las ideas y los derechos humanos, era proteccionista de animales. Vivió la enfermedad de su hermana adoptiva, vendió incluso su carro para ayudar con los gastos de la operación.
Juan Pablo Pernalete, un joven basquetbolista que murió el 26 de abril de 2017, era estudiante de la Universidad Metropolitana. Esa tarde decidió salir a protestar junto a sus compañeros de estudios, entre otras cosas, por la salud de su hermana, quien a los 15 años había sido diagnosticada con cáncer de hígado.
El alcalde como era llamado por sus amigos y compañeros de liceo y universidad, era conocido por su buen corazón y las ganas de ayudar a todos. Cuentan sus padres que tras su fallecimiento se enteraron que pedía permiso en la universidad, para ir a dar clases de baloncesto a los niños de bajos recursos, al tiempo que se la pasaba regalando su comida a las personas en condición de calle.
Los padres recuerdan que la mañana de ese 26 de abril, salieron a recorrer al menos seis farmacias buscando un medicamento que necesitaba José y cerca del mediodía recibieron la llamada de Juan para informarle que sus amigos lo estaban esperando para ir a protestar en contra de la situación político-social que se vivía en Venezuela en aquel entonces.
El impacto de una bomba lacrimógena a quemarropa, a la altura del tórax, le cegó la vida y la ilusión de que su voz fuera escuchada. Esa mañana salió como todos los días. Lo dejamos en el gimnasio donde practicaba tiro libre. Al mediodía llamó a mi esposo. para decirle que se iba a manifestar. Nosotros como padres teníamos mucho miedo, mi esposo le pidió que se esperara, pero él dijo que no y se fue. Cómo parar a ese joven con sueños si no era un delito salir a manifestar, dijo Elvira.
Aproximadamente a las 2 de la tarde, las redes sociales y los medios de comunicación se encargaron de hacerle llegar la fatídica noticia a sus padres. De acuerdo con declaraciones del exalcalde Ramón Muchacho, según los reportes médicos, Juan Pablo Pernalete, caído en Altamira Sur, llegó a Salud Chacao sin signos de vida. Ahí comenzó nuestro calvario, aseveró Elvira.
¡Mi hijo no era terrorista!
Desde la administración de Nicolás Maduro la estrategia fue declarar terrorista a la mayoría de venezolanos que cayeron en manos de la represión de la Guardia Nacional, Policía Nacional Bolivariana, Sebin, Conas y hasta colectivos durante las protestas sociales de 2017, que duraron más de 150 días consecutivos.
Muchos expedientes continúan engavetados y sin sentencia. Muchos culpables siguen libres e impunes. Por esto, un grupo de padres víctimas de la represión decidió unirse y fortalecerse en la lucha por justicia. Crearon la organización Alfavic 2017, Alianza de Familiares y Víctimas del 2017.
Hemos agotado todas las instancias internas. Los casos en la fiscalía están prácticamente paralizados, vamos semanalmente, dijo José. Nosotros, a nivel internacional, hemos ido a presentar nuestro testimonio, el 16 de noviembre, en la tercera audiencia de la OEA donde estaban los jueces independientes, para que ellos elaboraran el informe que presentarían en la CIDH y determinaron que en Venezuela se han producido crímenes de lesa humanidad, añadió.
También han acudido a la Corte Penal Internacional y a la ONU, donde fueron escuchados por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, y quedó demostrado en el informe de su visita a Venezuela que en el país las fuerzas del poder han cometido crímenes de lesa humanidad, así como ejecuciones extrajudiciales.
Queremos hacer la diferencia, que haya justicia. Que se diga la verdad. Que más nunca en Venezuela un joven venezolano sea asesinado por exigir derechos humanos. Dieron su vida por defender a un país que solo quiere vivir en libertad y justicia, así queremos que sean recordados y que se le haga justicia a su lucha, reiteró Elvira.
Dolor tras dolor
Lamentablemente, la tragedia tocó de nuevo a la puerta de la familia Pernalete. El 19 de enero de 2020, Gabriela la hermana adoptiva de Juan Pablo, y su principal razón para salir a protestar, falleció víctima del cáncer. Seis meses antes de la muerte de Juan Pablo, Gabriela había sido operada para extirpar el tumor en el hígado; sin embargo, un par de años después la enfermedad volvió.
Gabriela murió, como tantos niños venezolanos que mueren víctimas del cáncer, en un país donde se les niega su derecho a contar con los medicamentos que necesitan para sanar, dijo Elvira. Tenía 15 años cuando se lo diagnosticaron, hicimos todo lo que estaba en nuestras manos, nos endeudamos. Juan Pablo vendió su carro, salió a protestar y, aún así, murió por la enfermedad.
Ahora son dos las razones para pedir justicia: No queremos que sigan destruyendo a nuestros jóvenes, al futuro de Venezuela. Es un grupito que no es para siempre. Esto que estamos viviendo es levantarnos todos los días con el corazón roto, pero si ellos no se arrodillaron nosotros no tenemos por qué hacerlo. Hemos perdido mucho, pero no lo hemos perdido todo, finalizó Elvira.
Juan Pablo fue un muchacho bueno, becado en una universidad prestigiosa que representó al estado Falcón en juegos nacionales y a Venezuela en Chile, España y Argentina. Nosotros como padres lo único que pedimos es que las muertes de nuestros hijos no sean en vano. No es fácil sacar esa fortaleza para salir adelante, pero estas personas que hicieron tanto daño a tantas familias en Venezuela no pueden andar por ahí caminando libremente, detalló José para concluir.