¿Fraude electoral en Guatemala?

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    Hay una gran probabilidad de que usted esté descontento con los resultados de la primera vuelta electoral por distintas razones. Quizá no ganó su candidato. Quizá  no le gusta uno o los dos que van a segunda ronda. Seguramente esté frustrado con la situación del país. Muy probablemente y como ocurre con una porción importante de los electores, siente que algo no salió bien y que los rumores que corren en torno a cómo se desarrolló el evento, le hacen pensar en que “alguien” violentó el proceso y  que la voluntad popular ha sido burlada.

    Estas y muchas otras razones pueden hacer que una masa importante de votantes opten por no participar en el balotaje, siendo esta una forma de protestar contra el sistema, conta los candidatos y contra los resultados. Sin embargo, y con todo el respeto que me merece la decisión individual al respecto, quiero llamar a la reflexión sobre esto.

    Vamos a ver, para ninguno hoy puede ser sorpreresa, lo que sucedió hace meses con la ley electoral y de partidos políticos, cuando el ex embajador de los Estados Unidos Todd Robinson y el ex comisionado de CICIG Ivan Velazquez se hicieron presentes en el Congreso de la Republica para promover los cambios y reformas a esa ley, incluso el Presidente de ese organismo en aquel momento el diputado Mario Taracena se animo ha decir que las instrucciones para esos cambios se recibían en Ingles,  las reformas fueron aprobadas por el Congreso de la República, lo cual como lo expresé en mi anterior reflexion, tuvo como resultado que el actual proceso electoral estuviera repleto de vicios estructurales que riñen frontalmente con la ortodoxia democrática y de libertad prevaleciente en todo el mundo.

    Aun así, y conociendo esos vicios estructurales en la ley, 24 notables guatemaltecos decidieron participar como candidatos presidenciales, en este proceso aceptando las nuevas reglas de juego. De los 24 solo 19 llegaron al día de la elección, validando con su participación las reformas a la ley y el propio evento electoral.

    Por si lo anterior fuera poco, es muy importante recordar que en ese evento participaron voluntariamente presentando sus documentos de identidad personal mas de cinco millones de guatemaltecos, o sea el 60% de los electores libre y soberanamente inscritos y habilitados a ejercer el sufragio. Esos cinco millones de guatemaltecos asi como los mas de 38 mil candidatos a puestos de elección popular, validaron con su participación las viciadas reformas, es decir aceptaron la nuevas reglas de juego.

    Finalmente, recordar que mas de 150,000 ciudadanos participaron voluntariamente para cuidar nuestros votos, sin contar a los miles de fiscales de los partidos políticos, con ello queda claro que se hubiese requerido que muchisimos de ellos se asociaran y organizaran para producir un fraude electoral. En fin, nuestro sistema electoral es muy rudimentario, poco tecnologico e intensivo en capital humano. Por ello venir a estas alturas a denunciar el proceso aduciendo un fraude electoral a gran escala solo da para ubicar a los inconformes en una de estas tres categorías, o son ignorantes, o son oportunistas, o son malos perdedores o son las tres cosas.

    Pero hablando de lo relevante, es evidente que el país se debate en mitad de una las tormentas políticas más apremiantes de los últimos tiempos. La fe en la institucionalidad está notoriamente debilitada ante los acontecimientos de los últimos años.  Recurrir como lo hicieron Todd Robinson e Ivan Velazquez a la manipulación del sistema político electoral y de justicia tiene al país al borde de la desesperación. O peor aun: al borde del desinterés y el hartazgo popular.

    Así que en medio de este ámbito de incertidumbre y frustración les propongo algo que nos unifica a todos, pensar en Guatemala y la mejor manera de hacerlo, es votando en la segunda ronda. Los resultados que se dieron en la primera ronda y que coinciden con gran precision con los sondeos y encuestas serias efectuadas antes del evento lo cual es prueba cientifica irrefutable de cual era la intencion mayoritaria del votante guatemalteco,  definen un marco político en el cual la mayoría debe tomar una decisión.

    Abstenerse de votar en esta segunda ronda, dejará en manos de unos pocos un destino que nos pertenece a todos. Abstenerse de votar es hacerle el juego a los Robinson y los Velazques de este mundo que claramente apostaron por el anti sistema, por ello hay que ir a votar, tiene usted dos opciones claras, Sandra Torres en el centro izquierda o Alejandro Giammattei en la derecha, vote por cualquiera de ellos, o vote nulo pero no se abstenga, ni le haga el juego a la ficción del fraude.

    Debemos entender que en este momento, el país necesita ante todo, gobernabilidad. Debemos poner como meta la estabilización política, social y económica. Se debe medir con serenidad el significado del voto antisistema que representa Thelma Cabrera, porque representa la protesta cívica ante  el hambre, la indiferencia de los gobiernos, la ausencia de un sistema de justicia pronta y efectiva, la falta de oportunidades, y una larga lista de estcéteras que deben ser atendidos en el país.

    Es oportuno pensar luego en dos aspectos. Hay que buscar consensos para resolver la conflictivdad dentro del marco de referencia político y social del país. Antes que judicializar la conflictividad, hay que negociarla. Antes que una buena guerra, quizá sea mejor un mal acuerdo. Por eso, la votación debería privilegiar la capacidad de negociación en busca de crear una gobernabilidad que vaya más allá de posiciones políticas de fuerza.

    Repito que lo importante es pensar en Guatemala. Hay que ver más allá del momento político y pensar en las necesidad de aquellos que incluso, no votan.

    Los dos aspirantes deben tener algo muy claro: el país no puede seguirse perdiendo en temas menores. Hay que dar soluciones a una realidad que agobia y que si nos vence, no nos dará espacio a sobrevivir como Estado, entonces si vendrá un escenario muy complejo dificil de superar.

    Finalmente, y para concluir, primero, no creo en las fantasias del supuesto fraude, segundo debemos poner a Guatemala por sobre cualquier mezquindad personal o de grupo, tercero salgamos a votar, solo así podremos alejarnos del caos y podremos resurgir como sociedad corrigiendo los errores que se cometieron en el pasado reciente. No hay otro camino.

    Pensemoslo, hasta la próxima.