Inseguridad y COVID azotan a vecinos en las calles de Los Teques

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    La inseguridad se ha convertido en el principal rival de la pandemia para los vecinos de las calles Páez y Falcón de Los Teques. Cuentan que a diario se registran entre cuatro y cinco atracos violentos. Los maleantes se desplazan en motos o automóviles y despojan a sus víctimas de carteras, celulares, bolsas de comidas, ropa usada y todo lo que lleven en las manos que parezca de valor. 

    Yaliray Pérez, quien vive en la zona, relató que hace un par de semanas se hizo viral un video donde unos ladrones le arrebatan un bolso a una vecina, y en el intento desesperado de ella de no dejarse quitar sus pertenencias, fue arrastrada varios metros por el carro en movimiento, donde se desplazaban los agresores. 

    “Aquí la delincuencia no tiene límites. Después de la 1 de la tarde tienes que estar pendiente. No puedes salir con celular, nada, porque esta calle es soledad absoluta y es donde los ladrones aprovechan. Ahora roban en moto y en carro. Los muchachitos esos que supuestamente revisan la basura, también son pichadores”, dijo Pérez. En el argot criollo, “pichadores” se les dice a quienes informan a los delincuentes sobre sus futuras y posibles víctimas. 

    De acuerdo con el reporte más reciente del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), 47% de los registros del mes de junio refleja que la violencia delincuencial es la que más estuvo presente en los sucesos delictivos. “Ya había robos antes de la pandemia, pero con ella, el doble. Creo que es porque está muy sola la calle, no hay gente. Entonces, se aprovechan”, agregó Pérez. 

    Heidy López, otra vecina de la zona, aseguró que los delincuentes parecen tener “un GPS que pasó la patrulla”. “Es que ellos van a atracar o atracan y después pasa la patrulla, pero es algo que se escapa de las manos, porque sí pasa. La seguridad sí pasa, pero, bueno, a veces pasa antes o pasa después de los atracos”. 

    La policía no responde 

    A diferencia de López, su vecina afirmó que la respuesta de la policía no es efectiva. “De la cuarentena para acá ha sido horrible. Uno llama al cuadrante y ellos no vienen o no atienden el teléfono. Tenemos el 911 ahí mismo, tampoco vienen. El cuadrante no viene”.  

    Explicó que la seguridad con la que cuentan en la zona es por la ayuda de un vecino policía y otro joven que forma parte del equipo 911. Cuando no están de guardia, prestan su colaboración si se presenta algún hecho delictivo en el lugar. Anteriormente, los vecinos de ambas calles se organizaron a través del consejo comunal, a punta de gritos y pitos espantaban a los ladrones. 

    Aunque Pérez resaltó que esa modalidad quedó en desuso, luego de que las víctimas, debido al miedo, prefirieran no denunciar ni identificar a sus agresores. Sin embargo, los vecinos insisten en organizarse. Al respecto, López se refirió a un grupo de chat por WhatsApp por donde se comunican y piden ayuda los vecinos de las calles Páez y Falcón. 

    “Tenemos otra vez el grupo que se llama Seguridad calle Páez con calle Falcón. Estamos activos con los pitos. Cuando los vecinos ven algo sospechoso lo ponen por ahí. No es que agarramos al malandro, pero sí lo ahuyentamos. Por lo menos esa es nuestra manera de defendernos”, explicó. “Haciendo bulla también se puede, ayudando a la policía, también se puede. De nosotros como vecinos, sí lo hemos logrado. Ahí vamos, no es fácil, pero vamos otra vez luchando para retomar la sintonía con eso”, dijo. 

    Cuarentena delincuencial 

    Cifras del OVV evidencian que 37,5% de los sucesos violentos ocurridos durante el mes de junio en la Gran Caracas tiene que ver con el robo; mientras que el otro 25% se relaciona con resistencia a la autoridad. Pese a que más de la mitad de los hechos violentos son perpetrados con armas de fuego, al menos 2 de cada 10 son cometidos utilizando la fuerza física. 

    Pérez afirmó que durante la cuarentena se han duplicado los delitos y a eso se le suma el silencio de los vecinos: “Hay gente que no dice nada por miedo. De un tiempo para acá, la gente prefiere quedarse encerrada en su casa y no suenan los pitos. Saben quién los roba y no dicen quiénes son por miedo. ‘No, que la va a agarrar conmigo, que me va a hacer daño’. Entonces, prefieren quedarse callados”. 

    En esto sí parecen estar de acuerdo las vecinas. “Se dedican a arrancar carteras, el azote más grande son las motos. Antes no se veían carros, pero ahora sí. Esta es una calle muy sola, puros comercios e instituciones. Ahorita con la pandemia, como está todo eso cerrado, se presta para los robos. Además, la calle está muy oscura, el alumbrado muy poco funciona”, señaló López. 

    Contó, además, cómo fue agredida en el pasado: “A mí, hace como tres años me atracaron por la Plaza Bolívar para robarme el teléfono. Me quedaron cicatrices porque me arrastraron por el piso. Ni pendiente, si a mí me llegan de frente y me lo dicen, yo capaz de los nervios lo doy; pero si te agarran de improviso, como es inconsciente. Inconscientemente tú te defiendes”. 

    Ambas vecinas confesaron tener miedo de andar solas por la zona, en especial cuando cargan encima cosas de valor como el mercado, dinero en efectivo o celulares. “Yo sí siento temor porque sí se siente, pero no tanto por la comida porque no compro en exceso. Compro lo justo y lo necesario, que es lo que me alcanza hoy en día”, agregó López.

    “Ya uno no sale tranquilo. Yo por lo menos no salgo sola. Si voy a comprar, vamos mi hija, mi nieto y todos los que me puedan acompañar porque a mí me da miedo. Aparte que la gente no está cumpliendo la cuarentena como se debe. No usan tapabocas, todo el mundo amontonado, todos juntos, no hay distanciamiento social”, finalizó Pérez, al tiempo que aprovechó para pedirle ayuda a la alcaldesa Wisely Álvarez con la inseguridad en la ciudad.

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