La intervención del equipo Bravos de Margarita por parte de la administración de Nicolás Maduro podría dar la estocada final para la suspensión de la temporada 2020-2021 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), que ya está en jaque debido a la crisis sanitaria del COVID-19 y los graves problemas económicos que sufren los clubes.
El equipo de la isla quedó bajo control de los interventores de las empresas aseguradoras de Tobías Carrero Nácar, principal propietario de la divisa, en un movimiento administrativo que choca directamente con los estatutos de la liga y con el Acuerdo Invernal firmado con las Grandes Ligas.
Cualquier cambio de propietario de equipos en el circuito local tiene primero que ser aprobado por los otros siete clubes, de manera unánime.
Con respecto a las Grandes Ligas, los cambios deben ser aprobados por la directiva de la MLB, debido a que, como firmante del Winter League Agreement, la LVBP es parte del béisbol organizado y acuerda por ello seguir la normativa estipulada en el pacto.
El caso de Margarita complica el panorama con respecto a las Grandes Ligas, puesto que la LVBP estaba realizando gestiones para que Tigres de Aragua y Navegantes del Magallanes, sancionados por tener en sus directivas a entes del Estado, salieran librados de la medida de la OFAC, y ahora Bravos podría correr con el mismo destino.
HispanoPost contactó al gerente general de Bravos, Yves Hernández, quien no quiso ofrecer declaraciones y dejó el pronunciamiento en manos de la Liga. Hasta el momento, tampoco los directivos de los otros siete equipos que conforman el circuito y el presidente, Guiseppe Palmisano, han querido emitir una postura formal del caso, mientras que se espera un comunicado oficial en las próximas horas que aclare el estatus de Bravos y la viabilidad de desarrollar el torneo.
Sin embargo, gerentes de divisas declararon en condición de anonimato al periodista Ignacio Serrano que existe temor por lo que significa esta medida, que pone a los orientales en la ruta a ser sancionados por la MLB, del mismo modo que lo están Tigres y Navegantes.
Otros dos ejecutivos mostraron su preocupación y admitieron que la toma de los Bravos pone en jaque la realización del torneo 2020-2021, ya amenazado porque las gobernaciones de Aragua y Carabobo no quieren desvinculares de Tigres y Navegantes, así como por la falta de respuesta oficial al protocolo de salud necesario para jugar y la severa crisis económica, acentuada por la pandemia, reveló Serrano en El Emergente.
El periodista especializado en beisbol y columnista de Triangulo Deportivo, Carlos Valmore Rodríguez, explicó que el presidente de la LVBP, Giuseppe Palmisano, ya estaba dudando de la viabilidad de la temporada 2020-2021 si Magallanes y Aragua no regularizaban su situación ante el gobierno de Donald Trump y la MLB.
Imaginen entonces el panorama si a los dos equipos bloqueados por las mayores se suma un tercero. Porque ese es el destino inexorable de unos Bravos de Margarita estatizados o puestos bajo el control de algún empresario de dudosa procedencia, refirió.
El comunicador agregó en su columna que al intervenir a Bravos de Margarita, el Estado venezolano entrampó al beisbol venezolano, que entró a un callejón sin salida. Cualquier camino que tome la Liga la conducirá a un tremedal. No veo cómo pueda salir bien librada ante este disparadero, sentenció.