El primer ministro británico, Boris Johnson, rechazó este jueves las acusaciones de que ocultó a la reina Isabel II sus motivos reales para suspender el Parlamento entre mediados de septiembre y el 14 de octubre.
La soberana, obligada constitucionalmente a seguir el consejo de sus ministros, accedió y la suspensión del Parlamento, que sería dos semanas antes del Brexit, se hizo efectiva el martes.
Johnson justificó su decisión por la necesidad de presentar su programa de política nacional, una práctica habitual cuando hay cambio de gobierno. Pero sus opositores aseguran que su verdadero objetivo era impedir que los diputados bloqueasen un Brexit sin acuerdo y no se lo dijo a la jefa de Estado.
-¿Mintió a la reina?, le preguntaron los periodistas el jueves.
-¡Absolutamente no!, respondió tajantemente Johnson.
Días antes una corte en Escocia consideró que el consejo dado a la reina condujo a una suspensión «ilegal». Sin embargo, una corte inglesa dictó lo contrario la semana pasada. Ambas decisiones deben ser examinadas el próximo martes por la Corte Suprema.
Este jueves, el Tribunal Superior de Belfast se pronunció también a favor del gobierno de Johnson, al dictaminar que un Brexit sin acuerdo no violaría el tratado de paz del Viernes Santo. El juez Bernard McCloske, afirmó que el debate sobre el acuerdo de paz es un asunto puramente político.
Con información de AFP y Bloomberg