Korda y yo: la foto del Che Guevara

- Publicidad -

Lo que les voy a contar no es una “versión oficial” ni un sofrito de historias sacadas de internet. Tampoco es que sea la gran historia jamás contada, pero es unas experiencia vivida por mi, en primera persona. Si lo que cuento alrededor de Alberto Korda y lo que él me contaba sobre su vida de fotógrafo revolucionario y sobre la mítica foto del Che Guevara no se correspondiese con la realidad no me importa, es lo que yo viví con él. Breve pero inspirador.

Yo vivía en La Habana en 1996, en el barrio de Miramar, distrito Playa. En la calle 18 entre 1ª y 3ª. Cuando aterricé en el aeropuerto José Martí no conocía a nadie ni sabía muy bien a lo que me enfrentaba. Eso sí, llegué con toda la ilusión de un periodista joven con ganas de hacer carrera y contar historias.

- Publicidad -

A los pocos días de olisquear la ciudad supe que Alberto Korda, el autor de la fotografía más reproducida de la Historia, vivía muy cerca de mi, en la calle 0 entre 1ª y 3ª. En mi mismo barrio. A un retito caminando, apenas diez o quince minutos.

Pensé que sería muy difícil  acercarse a él. Era un mito y todo el mundo quería conocerle. Me imaginaba un hombre huraño encerrado en sí mismo, como muchos artistas. Así que me acerqué con cautela a su casa y llamé al timbre. Me abrió la puerta una hija suya, no recuerdo su nombre, y le dije quien era y que quería pedir una cita con Alberto Korda. Su respuesta fue sencilla: “ay cómo no”, se dio la vuelta y mientras me hacía un gesto para que entrase en su casa llamaba en voz alta: “papi, sal que viene un señor a verte”. El señor era yo, con 28 años y el que asomó el hocico para miran quién llegaba era el mítico Korda, bien peinado y con su barba blanca cuidada.

Korda me recibió encantado, sin preguntarme casi ni qué quería, y me ofreció sentarme y un vaso de agua. La casa era una planta baja en una construcción de tres o cuatro alturas. Un salón, nada más entrar, amplio y muy luminoso; al fin y al cabo desde el mismo se podía casi saltar al mar de La Puntillita. Detrás de ese salón tenía un par de habitaciones, un baño, una cocina y un despacho. En ese último rincón es donde él se escondía entre sus negativos y positivos. Apenas tenía decoración ni muebles. Unas cuantas fotos de portadas de revistas de moda americanas con fotografías hechas por él.

Se interesó por mi, por lo que hacía y por mi trabajo en España como fotógrafo y reportero. Korda era un hombre afable, positivo, simpático. Un encantador que le valió de mucho en su mundo ideal en el que no faltaba nunca la presencia de una mujer. Era un disfrutón de la vida y un hombre consecuente con sus circunstancias y su forma de pensar.

Disparó la imagen más famosa de la Historia, una imagen que le pudo haber hecho multimillonario y vivir como hubiese querido. El, los suyos y sus amigos. Pero Alberto era un revolucionario convencido y nunca quiso mercadear con la foto. Ni siquiera le cobró al editor italiano Giangiacomo Felltrinelli, que descubrió la imagen y con la que él si se hizo rico con el primer millón de afiches que hizo al volver a Europa. Nunca quiso nada del italiano ni de nadie. Permitió que se utilizase la imagen por todo el planeta sin cobrar un dólar de nadie. Ni siquiera cuando la marca de vodka Absolut la utilizó para una campaña y él les demandó. Y ganó. Era una llevia de millones que fue a parar, por deseo del mismo Korda, a una Fundación de lucha contra el cáncer. Admirable, ¿no creen?

“Permito que cualquiera utilice la imagen, pero no para dar poublidad de cosas que hacen daño”.

Pero volvamos a su casa de La Habana. Humilde y sencilla, como la de cualquier habanero. Korda me contó con detalle cómo fue la realidad de la fotografía tomada el 5 de marzo de 1960 en la celebración de un homenaje a las víctimas de la explosión del buque La Coubre. Korda ya había hecho su trabajo y se disponía a volver a la redacción del Gramma para revelar y editar las imagines que ilustrarían la noticia. Le quedaban en el carrete de su Leica apenas dos disparos y de repente vio al Che Guevara en esa posición que le hizo famoso y disparó dos fotos. “Hice la primera horizontal y la segunda vertical. Era el último sol de la tarde y la luz era muy suave. La mirada perdida de Guevara le daba un tono dramatico y heroico a la imagen”, me dijo. No en vano, siete años después, cuando la imagen vio la luz, pues no fue publicada en su día por Gramma, Alberto Korda la tituló “Guerrillero Heroico”.

La cámara con la que disparó era una Leica M3. Le pedí que me la enseñara, quería tocarla. “Pues ya no la tengo. Vino el otro día un japonés y me ofreció 90 dólares por ella, y como los necesitaba pues se la vendí”. Me quedé de piedra. La pregunté di ra consciente de lo que valía esa cámara y me dijo que “sí. Está bien pagada, era una cámara vieja de 1959”. El mito crecía.

Siguió hablándome de su Carrera como fotógrafo de moda, como reportero gráfico, de lo mucho que le gustaban las mujeres y de su admiración por la Revolución y su fidelidad a Fidel Castro. “Hace unos días estuve con él. Nos reunió a los cuatro fotógrafos que le seguimos durante toda la Revolución. Estuvo amable conmigo, siempre bromeabamos”, decía con nostalgia.

En un momento de la conversación me hizo una propuesta. “Tu que tendras muchas fotos de Felipe González, elige la que más importante te parezca y te la cambio por un original de la foto del Che”. Yo, que no sabía ni cómo corresponder le dije “no creo que tenga nninguna foto importante de Felipe, pero ya hablaremos”. Y nos despedimos, ya de noche, en el mes de febrero de 1996.

Durante ese año volvimos a vernos unas cuantas veces. Le hice fotos, el me las hizo a mi, y nuestras conversaciones giraban entorno a las cosas más banales y de vez en cuando algo de fotografía. También me facilitó algún contacto para hacer entrevistas, como con el cineaste Tomás Gutierrez Alea, Titón, o la poetisa Dulce María Loinaz, de la que tuve el honor de ser su lector durante unos días mientras le arreglaban “los espejuelos” a Vicente, su lector habitual. Le leí una parte de la Historia de América. Dos horas al día por la tarde, a las cinco, en su mansion fantasmagórica del Vedado.

Y me fui de Cuba. Más bien me echaron. Regresé a España y continué con mi labor de reportero hasta que llegó el momento en que Felipe González tuvo que declarar ante el Tribunal Supremo en una de las piezas del juicio de los GAL. Era el año1998. Una declaración ordenada por los magistrados como secreta en cuanto a imagines y en la que logré meter una cámara escondida y tomar dos fotos. Como Korda con el Che, salvando las distancias. Pero bueno, dos fotos. Una de ellas se hizo famosa, aunque sólo fuera en territorio español.

Ahora sí tenía un cromo para poder cambiar con Korda, así que en mi siguiente viaje a La Habana fui a verle y le dije “ahora sí”. Y cumplió su palabra. El negativo original está guardado y custodiado en el Palacio de la Revolucion en una cámara en la que se guarda la historia gráfica de Cuba en unas condiciones de temperatura, humedad y ventilación adecuadas. Mandó copier un original en papel baritado que firmó, dató y selló. Y me dedicó. Poco tiempo después Alberto Korda moría en su casa de La Habana.

Siguiendo el espíritu desprendido de Korda, en la celebración privada del cumpleaños de un dirigente chino en una marisquería de Madrid en el año 2010, yo le regalé la foto. En mi casa queda colgada en la pared otra copia que me regaló de “El Quijote de la farola”.

No olvide ver nuestros reportajes en: www.hispanopost.com 

- Publicidad -

Más del autor

Artículos relacionados

Lo más reciente

Sam Bankman-Fried, cerebro de la plataforma de criptomonedas FTX, fue sentenciado a 25 años de cárcel

El cerebro de la plataforma de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, fue sentenciado este jueves 28 de marzo en Nueva York a 25 años de...

Lula y Macron afirman que veto a la candidatura de Corina Yoris en Venezuela es “grave”

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este jueves 28 de marzo que el bloqueo de la candidatura de la opositora...

CNE ante declaraciones de EEUU: “Cualquier intento de interferir las elecciones será enfrentado con determinación”

El Consejo Nacional Electoral (CNE) rechazó este jueves 28 de marzo por «insolentes y falsos» las declaraciones del Departamento de Estado señalando al ente...

¿Quieres recibir las notas de mayor interés en tu email?

Comparte con nosotros tu email y te haremos llegar las noticias de mayor relevancia directo a tu correo