La chef María Fernanda Di Giacobbe, artífice de Cacao de origen y la bombonería Kakao, no descansa en su cruzada por el cacao y chocolates venezolanos. En el 2016 mereció la primera edición del Basque Culinary World Prize, un premio para chefs con iniciativas transformadoras promovido por Basque Culinary Center, por su apoyo a la formación de emprendedoras del chocolate, que en ese momento sumaban más de 8.000.
Este año, en alianza con esa institución y otras que abogan por el mismo fin, lleva a cabo talleres dedicados a emprendedores. En sus palabras, estas cátedras que tienen lugar en la Hacienda la Trinidad en Caracas, van más allá de lograr buenas tabletas. Aprendemos a hacer chocolate y a subir la calidad de lo que hacemos, pero también Cacao de origen se ha transformado en una escuela de ciudadanos para ser mejores venezolanos: Aprendemos de música o de arquitectura. De rones. De comunicación, de mercadeo. Lo que está saliendo de aquí es un nuevo venezolano.
En Cacao de origen, que cuenta con una tienda y laboratorio donde se hacen tabletas desde el grano, tienen varios propósitos al unísono. Se pensó como un espacio de encuentro para la investigación, promoción, difusión de los cacaos y chocolates de Venezuela hoy en día es más. Es un espacio vivo donde recibimos cacaoteros, junto a chocolateros de cualquier parte del país y se encuentran con investigadores. Quienes los visitan son parte de esa dinámica. Los clientes también se han convertido en catadores de chocolate por su origen y cuentan cómo reconocen los tonos de Río Caribe o las nueces de todo el occidente del país, de los cacaos criollos. Hoy en día hay más gente que entiende que un Carenero puede venir de Tacarigua, Río Chico, Higuerote o San José. Todo eso que pensamos que fuera -una tienda, escuela y también un laboratorio-, sucede.
Tras ese trabajo incansable está la convicción de que el excelente cacao de Venezuela en una promesa cierta de porvenir que se trabaja desde ahora.
El cacao venezolano es un tesoro. No solo significa la mayor diversidad del planeta. El cacao significa la cultura del venezolano. Es un ADN común que además nos está diciendo yo fui el pasado, soy el futuro. El movimiento de cacao y chocolate va a hacer de este país el que llevamos en el corazón. Sí podemos y lo estamos haciendo todos los días.
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