La economía venezolana enfrenta las siete plagas

- Publicidad -

Venezuela vive una situación de vulnerabilidad que la coloca en un plano peligroso, al borde de una situación que podría resultar devastadora en lo económico y, por lo tanto, en la vida de la gente. La pandemia del COVID-19 toma por sorpresa a un país con una industria petrolera desarmada, un aparato productivo estatal paralizado y una administración central -liderada por Nicolás Maduro- sancionada.

La caída de la producción petrolera, el descenso de los precios del crudo, la destrucción del aparato productivo, la escasez de recursos para la importación, las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, la escasez de combustible y la llegada de pandemia del COVID-19 son, en definitiva, una carga de llevar muy pesada para la población.

- Publicidad -

El atisbo de recuperación del comercio, impulsado por el sector privado, que se pudo observar desde mediados de 2019 y en lo que va de año podría desaparecer producto de una caída en el consumo y de una profunda recesión.

Sin gasolina en la mayoría de las surtidoras del país y con los militares en las calles conteniendo la salida de los venezolanos que viven del día a día, el escenario no resulta tranquilizador. Las medidas anunciadas por Maduro no parecen incentivar la producción, sino que desnudan la precaria situación de las arcas del Banco Central de Venezuela y desliza el mayor peso en el sector privado.

Hasta el momento, no ha habido ningún intento por parte de Maduro, quien controla el poder, ni de Juan Guaidó, quien preside la Asamblea Nacional y mantiene el control de las cuentas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), para hallar un mecanismo que permita conseguir financiamiento externo y proceder a impulsar la ayuda humanitaria que contribuya a aliviar la nueva debacle que se avizora.

En medio de la cuarentena, consultamos a cinco expertos para que nos contestaran las mismas tres preguntas. Todos economistas con formaciones académicas diferentes, con acercamientos sobre la realidad venezolana variados, de distintas generaciones y uno de ellos extranjero.

Francisco Monaldi, Gonzalo Huertas, Juan Andrés Vera, Francisco Rodríguez y Asdrúbal Oliveros nos dan su perspectiva sobre las medidas tomadas por Nicolás Maduro, la situación económica que deberán enfrentar los ciudadanos y la pertinencia o no de levantar las sanciones económicas impuestas por el gobierno de Estados Unidos.

Francisco Monaldi

Director del Programa de Latinoamérica y profesor-investigador del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston

-¿Qué opinión le merecen las medidas económicas que anunció Nicolás Maduro durante esta crisis del COVID-19?

-Son totalmente insuficientes y algunas contraproducentes. Básicamente lo que hacen es trasladar parte del costo a una serie de actores, pero sin ninguna ayuda por parte del Estado para compensar la desastrosa situación que van a enfrentar tanto productores, consumidores y hogares.

La situación es muy delicada debido a la combinación de las medidas que hay que tomar para evitar que el virus se contagie con la particularidad de que Venezuela es una economía fundamentalmente informal, donde la gente vive el día a día, sobre todo los que no reciben remesas.

Realmente es una combinación catastrófica. Eso se combina, además, con el hecho de que las remesas internacionales van a caer significativamente porque la gente que ha emigrado va a perder sus trabajos y su capacidad de enviar dinero. Todo esto junto con la caída de los precios del petróleo y el descenso de la producción.

Adicionalmente, los rusos no van a tener como prioridad ayudar a Venezuela en exportar petróleo. Hay múltiples razones -incluyendo los efectos del virus en la industria nacional- que van a producir una caída de la producción petrolera. Todo esto configura una crisis realmente aterradora.

-Cuándo la pandemia haya mermado, ¿cuál será la situación económica que deberán enfrentar los ciudadanos venezolanos?

-Puede haber una cierta recuperación, una vez que se pueda controlar el contagio del virus, tanto en el precio del petróleo como también algo en la producción de crudo de Venezuela. Sin embargo, la combinación del estado en el que va a quedar la economía con la falta de recursos del Estado venezolano para recuperar la producción petrolera -a fin de inyectar dinero a la economía y darle un reimpulso- van a hacer muy difícil la recuperación, incluso una vez que esto pase.

No hay duda de que lo que requiere Venezuela es un paquete muy significativo de ayuda internacional y, para ello, se necesita algún tipo de arreglo o cambio político y eso no se avizora en el corto o mediano plazo.

-¿Cree que el gobierno de Estados Unidos debería levantar las sanciones económicas a Venezuela durante la crisis impuesta por la pandemia del COVID-19?

-El tema de las sanciones es complejo. No hay duda de que están afectando al sector petrolero y a la economía venezolana de manera significativa. Además, está el incremento de las sanciones sobre Rosneft que hacen más difícil la exportación de crudo venezolano y genera mayores descuentos; lo que se inscribe en el contexto de esta situación del mercado petrolero internacional con la guerra de precios y el colapso de la demanda mundial. 

Aunado a esto, está el hecho de que los rusos tienen ahora como prioridad vender su propio crudo y los sauditas, por su parte, están inundando al mercado, incluyendo el crudo pesado que Venezuela podría exportar.

En términos de levantamiento de las sanciones es muy improbable que lo hagan y en el corto plazo tendría muy poco efecto, al menos en la industria petrolera. Lo que sí creo que sería fundamental es algún tipo de acuerdo de ayuda humanitaria para Venezuela. En el mediano plazo se podría implementar algún tipo de programa controlado por las Naciones Unidas o una combinación de entidades para que -junto con el consenso de la Asamblea Nacional de Venezuela- se puedan administrar fondos que lleguen al país, pero eso va a tomar bastante tiempo en el mejor de los escenarios.

Hay mucho posicionamiento político de Maduro pidiendo ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros actores. Pero esto va a tardar muchísimo por las dificultades de crear el mecanismo para que funcione y, como decía antes, porque las sanciones no son la única restricción que existe para el sector petrolero. Son importantes, pero no son la única.

Juan Andrés Vera 

Economista e investigador

-¿Qué opinión le merecen las medidas económicas que anunció Nicolás Maduro durante esta crisis del COVID-19?

-En cuanto a las medidas económicas anunciadas por Nicolás Maduro, como redireccionar la cartera de pago a sectores como el alimentario y el de higiene y ratificar la inamovilidad laboral han sido acertadas para hacer frente a la delicada situación.

No obstante, los decretos de inamovilidad laboral han sido incumplidos en el pasado debido a la recesión económica y a la carga que el costo laboral representa para las empresas. Por lo tanto, no hay garantía de que esta vez se cumpla.

Otras medidas como el plan especial de pago de nóminas a las pequeñas y medianas empresas también han sido anunciadas e incumplidas en el pasado. Son muy difíciles de aplicar en la práctica.

Otra medida cuya aplicación y alcance está en duda es la suspensión de pagos de alquiler, ya que es de difícil cumplimiento y sus efectos podrían ser nocivos para sectores de la clase media, cuyos ingresos dependen del cobro de esa renta.

-Cuándo la pandemia haya mermado, ¿cuál será la situación económica que deberán enfrentar los ciudadanos venezolanos?

Los venezolanos deberán hacer frente a una economía en recesión, en medio de una economía hiperinflacionaria, una delicada situación fiscal y sin acceso a los mercados internacionales. Adicionalmente, hay un contexto internacional de menor demanda de materias primas que ha derrumbado el precio del petróleo.

Además, el país está enfrentando sanciones petroleras que ya habían obligado a Pdvsa a vender menores volúmenes de crudo a descuento, incluso por debajo de sus costos de producción.

Por otra parte, al no haber mercado de crédito en el país los hogares difícilmente pueden enfrentar la pandemia. A esto también se añade las precarias condiciones de los servicios de agua y electricidad, y la escasez de gasolina en todo el territorio nacional.

-¿Cree que el gobierno de Estados Unidos debería levantar las sanciones económicas a Venezuela durante la crisis impuesta por la pandemia del COVID-19?

-Que el gobierno de Estados Unidos levante las sanciones económicas durante la pandemia del COVID-19 significaría un alivio parcial para el sector petrolero.

Venezuela es un país dependiente del ingreso petrolero y cuya producción es solo un tercio de lo que producía hace cuatro años. Si bien el contexto internacional actual de menores precios del crudo dificulta aún más el aumento de la producción en el corto plazo, un levantamiento de las sanciones económicas sí podría contribuir a que se realicen inversiones en mantenimiento del sector petrolero. Todo esto a fin de facilitar la comercialización del crudo venezolano y que sus ventas se materialicen a menores tasas de descuento.

Gonzalo Huertas

Analista e investigador del Peterson Institute for International Economics

-¿Qué opinión le merecen las medidas económicas que anunció Nicolás Maduro durante esta crisis del COVID-19?

-Tienen muy pocos recursos para responder a esta crisis y varias de las medidas que se anunciaron pueden resultar contraproducentes. La mayoría de los países del mundo están respondiendo al shock económico del COVID-19 con medidas para proteger la liquidez y la solvencia de las empresas, justamente para que puedan atravesar la crisis sin despedir a sus empleados. El objetivo último es proteger el ingreso de la gente. El anuncio de Maduro del pago de nóminas para la pequeña industria, por ejemplo, va en esa lógica.

El problema es que en Venezuela, por la crisis económica, la posición fiscal del gobierno ya está en una situación muy grave, y eso hace casi imposible armar un paquete de medidas de rescate como en el resto del mundo. Y muchas de las medidas anunciadas, como la inamovilidad laboral o la suspensión de pagos de alquileres por seis meses, pueden terminar siendo muy dañinas porque desincentivan todavía más a la producción.

-Cuándo la pandemia haya mermado, ¿cuál será la situación económica que deberán enfrentar los ciudadanos venezolanos?

-Las perspectivas ya eran pesimistas, incluso antes de la aparición del COVID-19. Se esperaba una contracción muy fuerte de la actividad, especialmente para el sector servicios. Ahora, con la implementación de la cuarentena, que es especialmente dura para sectores de trabajo-intensivos, lamentablemente todo indicaría que la situación va a ser todavía más dura para los venezolanos.

A eso se le suma el sector externo, que para el país empeoró mucho tanto por la caída de la demanda a nivel mundial, como por lo que estamos viendo en el precio de petróleo.

-¿Cree que el gobierno de Estados Unidos debería levantar las sanciones económicas a Venezuela durante la crisis impuesta por la pandemia del COVID-19?

-No tengo respuesta a esta pregunta, no considero tener toda la información que necesito para una respuesta responsable.

Francisco Rodríguez

Fundador y director de Oil for Venezuela

-¿Qué opinión le merecen las medidas económicas que anunció Nicolás Maduro durante esta crisis del COVID-19?

-Hay que distinguir entre dos tipos de medidas. Las de cuarentena social y de movimiento y las medidas fiscales y compensatorias. Con respecto a la cuarentena, hay que entender que para que se cumpla bien tienen que haber incentivos a fin de que la gente se quede en su casa.

Eso lo que quiere decir es que en la ausencia de una compensación monetaria o económica la gente no va a tener incentivos y a los pocos días va a ser muy difícil para al gobierno seguir manteniéndola en casa.

No se trata simplemente -como ha ofrecido Maduro- de dar una transferencia a través del Canet de la Patria en bolívares, el problema es que no necesitas más bolívares, sino más dólares o concretamente más bienes.

La fuerza laboral no va a estar produciendo y, por lo tanto, no habrá los bienes que el país necesita. Esto significa que en estas circunstancias el Estado debería ser capaz de importar bienes o de usar inventario, pero en Venezuela no hay o son escasos.

Esa importación de bienes requiere recursos externos. Por lo tanto, medidas tales como el pago del bono del coronavirus en un escenario donde los ingresos están mermados -y además se van a ver afectados por el desplome del precio del petróleo y la caída de la recaudación fiscal- sin fuentes externas de recursos implicará más bolívares en circulación y menos bienes.

Todo indica que vas a tener una aceleración en la tasa de inflación y no va a servir como una compensación, sino que puede llevar a un mayor deterioro del nivel de vida de la gente.

Si no se incluye acceso a fuentes de recursos externos que pueden ser del FMI o de las cuentas que están en manos de la administración de Juan Guaidó -que calculo están entre 7 mil millones y 8 mil millones de dólares- entonces simplemente se atiza la inflación.

Lo mismo en cuanto al pago de subsidios a la pequeña y mediana empresa y aplica también a la solicitud que hace al sector privado de extensión de tiempo para pagar el impuesto, y que el gobierno de Maduro no ha aceptado.

La realidad es que Venezuela tiene unas finanzas públicas que están desbaratadas. Esas medidas no se pueden llevar a cabo sin financiamiento externo y, en ausencia de esto, serán contraproducentes e inefectivas.

Puede entonces que veamos un cumplimiento muy bajo de la cuarentena y si el gobierno saca las garras del aparato represivo para obligar a la gente a quedarse en su casa, vendrá el deterioro de las condiciones de vida y la hambruna. No habrá suficientes alimentos para comprar y esto no tiene que ver con cuántos bolívares le pongas a la gente en sus manos.

-Cuándo la pandemia haya mermado, ¿cuál será la situación económica que deberán enfrentar los ciudadanos venezolanos?

-Depende de cuánto tiempo tome. Tenemos escenarios en los cuales esto dura unos meses. Hay otros escenarios, como el de 1918, cuando hubo ciclos anuales. El segundo año fue más fuerte que el primero y el tercero fue un poco menos fuerte. También depende de la efectividad de las políticas en controlarlo.

Soy bastante pesista por las razones que acabo de esbozar. La falta de financiamiento externo, la ausencia de acuerdo político para lograr ese financiamiento, el duro contexto de sanciones. Todo eso va a ser muy difícil para que se tenga una política pública efectiva y, por lo tanto, tengo temores de que Venezuela se convierta en un epicentro muy fuerte de este virus.

Creo que puede haber consecuencias serias en términos de mortalidad y de perdida de capital humano. Una de las cosas que va a pasar es que el Estado, como no tiene recursos para compensar a la gente, va a utilizar los de la otra gente. Por ejemplo, el gobierno obliga a los dueños de las viviendas alquiladas a hacer una transferencia a los inquilinos al no recibir su pago. Estas transferencias van a dejar a algunos sectores bastante descapitalizados y empobrecidos.

El sector petrolero, por su parte, va a entrar en parálisis por la baja de los precios, pues ya no es rentable producirlo y, además, por temores a contagio la operatividad se va a haber afectada. Vamos a una situación grave en términos de producción petrolera que tendrá pérdidas grandes, esto lleva a que se requiera un esfuerzo financiero mayor.

Mi cálculo es una contracción de 19% del crecimiento y en otro escenario, dependiendo de cómo vaya avanzando y cuánto tiempo se tarde en desarrollar una vacuna y de que al país lleguen los kits de test necesarios, puede ser sustancialmente mayor la caída del crecimiento

-¿Cree que el gobierno de Estados Unidos debería levantar las sanciones económicas a Venezuela durante la crisis impuesta por la pandemia del COVID-19?

-Yo he sido muy crítico de las sanciones económicas. He argumentado que hacen daño a los venezolanos, a la nación, agravan la situación económica y no llevan a cambio de régimen. Además, aunque lo llevase, creo que llevar adelante una lucha por el poder a través de la utilización de instrumentos que aumentan el sufrimiento de los venezolanos constituye esencialmente una extorsión que se les está haciendo. En otras palabras, se les está diciendo: o ustedes sacan a Maduro o nosotros vamos a ocuparnos de hacer su vida aún más difícil.

Esto es objetable desde el punto de vista ético y moral e ilegal en cuanto a la legislación internacional. He hecho propuestas a través de la fundación que dirijo, de mecanismo con los cuales se podrían completar las exenciones humanitarias de las sanciones de forma que se pudiese recuperar el acceso al mercado petrolero estadounidense, y permitir así que Venezuela pudiese vender petróleo y tuviese acceso a sus fondos bajo supervisión internacional.

En el momento de una pandemia es evidente que hay que suspender las sanciones temporalmente. El hecho de que el país no tenga acceso a los recursos más básicos puede significar que los venezolanos pierdan su vida, porque uno de los lados del conflicto político decidió que iba a utilizar ese mecanismo de presión.

Estados Unidos debería suspender inmediatamente todas las sanciones económicas. Hay que entender que una cosa son las sanciones y otro el reconocimiento de Juan Guaidó. Esto último tiene implicaciones económicas porque, aun levantando las sanciones, el equipo de Guaidó seguirá controlando las cuentas en el exterior y de Pdvsa y la capacidad de Venezuela de vender petróleo en Estados Unidos.

Nicolás Maduro no tiene capacidad de vender petróleo en Estados Unidos porque no representa al Estado venezolano, es la misma razón por la que no puede acceder a recursos del FMI.

Creo que la comunidad internacional tiene que intervenir en este tema y obligar a los lados a que lleguen a un acuerdo. El levantamiento de las sanciones y los acuerdos sobre la administración conjunta serán indispensable para poder utilizar estos recursos y destinarlos a atender a la emergencia que en estos momentos vive Venezuela.

Asdrúbal Oliveros

Director de la firma Ecoanalitica

-¿Qué opinión le merecen las medidas económicas que anunció Nicolás Maduro durante esta crisis del COVID-19?

-Las medidas que tomó Maduro tienen varios elementos. El primero es que queda en evidencia la incapacidad del Estado para poder impactar o encauzar la política económica para disminuir los efectos de la pandemia en Venezuela, a diferencia de los Estados en otras partes del mundo. Por eso no podemos comparar lo que hace un gobierno de afuera con lo que hace Maduro porque los contextos institucionales son completamente diferentes; sobre todo en un Estado que está devastado por el ciclo hiperinflacionario.

El segundo punto tiene que ver con que las medidas se cuidan demasiado de colapsar aún más la situación fiscal del Estado. Creo que el gobierno ha entendido que un financiamiento del déficit por el lado del Banco Central, es decir, por la emisión artificial de dinero, dispararía la inflación y el tipo de cambio de forma muy peligrosa. Por eso está tratando de medir esos cotos.

En tercer lugar, los privados son los que están asumiendo el costo en el conjunto de medidas de Maduro: la banca, las empresas, la gente que tiene un alquiler. Es una estructura muy desigual porque, por un lado, tienes al Estado calculando sus costos financieros y, por el otro, imponiendo un costo muy importante a la economía. El resultado es que el impacto de esas medidas es mínimo y lamentablemente lo que se avizora en una profundización de la crisis.

Esto deja en evidencia otro elemento importante. Un Estado como el venezolano sancionado, en default, sin capacidad de acceder a financiamiento externo es un Estado cuya capacidad de influir en la dinámica de la economía es mínima. Necesita dinero fresco, pero no bolívares sino dólares para poder tener un impacto sobre la economía.

-Cuándo la pandemia haya mermado, ¿cuál será la situación económica que deberán enfrentar los ciudadanos venezolanos?

-Este es un contexto de cambio. En 15 días la economía cambió totalmente. Nosotros esperamos una contracción de 10%, una inflación de 2.700%, una variación del tipo de cambio de 2.500% y cierto estimulo en la actividad comercial, en los servicios y en el dinamismo de las importaciones. Pero el escenario post de esta crisis es una contracción del doble, lo que quiere decir que podemos caer 20%, lo cual es bastante grave para una economía que ya ha perdido más de 60% en los últimos seis años.

Creo que la tasa de inflación será sustancialmente más alta de la prevista, podría superar 10.000%, lo que indica que prácticamente nos pondría en el mismo nivel de 2019 y nos mantiene en le clico hiperinflación.  

Además, consideramos que habrá una presión mayor sobre la tasa de cambio, pues por un lado el gobierno no tiene manera de mantener la disciplina fiscal y la cantidad de bolívares que ingresan a la economía y, por el otro, habrá una caída muy fuerte en los ingresos del Estado.

Adicionalmente, la crisis tiene unos efectos importantes porque vamos a conseguirnos con un sector privado más debilitado, sin capacidad de acceder a la banca, sin poder ser ayudado por el Estado.

También vamos a encontrar un menor flujo de remesas a Venezuela producto de la crisis mundial. Asimismo, veremos un menor nivel de importaciones y más presión sobre el tema de servicios públicos por la falta de combustible.

Así que es un escenario de catástrofe social mucho más profundo de lo que podríamos haber visto en 15 días. Venezuela está entre los países más vulnerables de toda esta crisis.

-¿Cree que el gobierno de Estados Unidos debería levantar las sanciones económicas a Venezuela durante la crisis impuesta por la pandemia del COVID-19?

-Tienen que ocurrir acuerdos políticos entre el gobierno y la oposición para resolver el problema de las sanciones, porque efectivamente el estar sancionado no ayuda en nada a la situación. Sin embargo, tampoco podemos darle un cheque en blanco a Maduro, ya que este es un gobierno altamente corrupto, con escasa rendición de cuentas, sin mecanismos institucionales de control.

Al final tiene que darse una vía rápida de negociación política, donde ese levantamiento de sanciones venga atado a ciertas condiciones políticas objetivas que se puedan lograr para facilitar la condiciones y el uso de ese dinero en Venezuela.

Dicho de otra manera, no podemos pensar en un escenario donde ninguno de los actores cede. Guaidó y Estados Unidos deben ceder en la disminución del peso de las sanciones por la crisis humanitaria, pero creo que el gobierno también tiene que ceder en la transparencia, en veedores internacionales, en mecanismo de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional para el uso de esos fondos. 

No olvide ver nuestros reportajes en: www.hispanopost.com
?

- Publicidad -

Más del autor

Artículos relacionados

Lo más reciente

OVF: Aumentan las remuneraciones privadas y caen las del sector público

Datos del Observatorio Venezolano de Finanzas correspondientes al primer trimestre de 2024 indican que las remuneraciones del sector privado, referidas a el comercio y...

Chacao promueve la inclusión de personas con autismo y síndrome de down

El Concejo Municipal de Chacao realizó una Sesión Especial para conmemorar el Día Mundial del Síndrome de Down, por iniciativa de la Comisión de...

Amemos a la tierra, es nuestro hogar universal

Cada año se dedica un día para celebrar el cumpleaños de nuestro planeta Tierra, "el gran hogar de la humanidad" y de otros seres...

¿Quieres recibir las notas de mayor interés en tu email?

Comparte con nosotros tu email y te haremos llegar las noticias de mayor relevancia directo a tu correo