Las lluvias y tormentas de este jueves 16 de enero en la costa oriental australiana han permitido aliviar la virulencia de los incendios que la arrasan. Se espera que sean suficientes para extinguir o al menos aliviar, algunos de los incendios que ya han calcinado al menos 11,2 millones de hectáreas, matado a 29 personas y millones de animales y destruido más de 2.500 viviendas.
Las autoridades australianas advirtieron que este tipo de tormentas pueden derivar en inundaciones, mientras que los rayos pudiesen encender nuevos fuegos. «Esperamos tiempo inestable en los próximos cuatro o cinco días», explicó un meteorólogo perteneciente a la agencia meteorológica nacional.
«Las precipitaciones serán útiles en ciertas zonas, mientras que en otras pueden registrarse apenas uno o dos milímetros cada milímetro equivale a un litro por metro cuadrado. La lluvia no siempre es una buena noticia, especialmente si es torrencial. Lo que realmente se necesita es una lluvia constante, que empape el terreno», añadió el meteorólogo.
Las lluvias persistentes, necesarias para aliviar una de las peores sequías desde que se tienen registros, no llegarán hasta marzo, según prevé la agencia meteorológica pública.
Estas lluvias no extinguirán los incendios, pero sin duda audaran a contenerlos, escribió en su cuenta de Twitter la autoridad antiincendios del Estado de Nueva Gales del Sur, donde se mantienen 58 fuegos activos hasta los momentos, 30 de ellos sin control. Otros 19 siguen quemando el Estado de Victoria.
Con información del diario El País