Los cuidacoches del clásico: Noventa minutos esquivando a la policía

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    El superclásico del fútbol argentino es el gran evento nacional. Canales de televisión, cientos de fotógrafos, corresponsales de todo el mundo y 50 mil almas, en este caso azules y amarillas, se movilizan hacia la mítica «Bombonera» para disfrutar el fútbol como pocas veces en el año.

    Sin embargo, la relevancia del partido, hace de su entorno, un territorio fértil para todo tipo de negocios «Non sanctos». Es en ese momento cuando la pelota pasa por otro lugar y los cuidacoches, devenidos en polémicos «trapitos», juegan un partido aparte contra las fuerzas de seguridad.

    Peregrinando por todo el barrio de La Boca sin ningún tipo de identificación e incluso luciendo los colores de Boca Juniors, se mimetizan entre los hinchas y prometen a los dueños «cuidar» sus autos durante los 90 minutos de juego a cambio de sugerentes 20 o 30 dólares que los fanáticos puedan ofrecer, claro que esa voluntad suele estar coaccionada por el potencial accionar de estos sujetos, que amenazan con dejarlos sin vehículo o con el mismo dañado.

    HispanoPost recorrió junto a los policías de la ciudad de Buenos Aires, la previa del «Superclásico» y conoció al fenómeno de los cuidadores, cuya erradicación llego a ser promesa de campaña del actual Gobierno, aunque parece no tener solución.

    Guido Fernández es comerciante y hace más de 20 años es encargado del garaje «habilitado» de la calle Almirante Brown al 1100, a 300 metros del estadio de Boca. Explica en qué consiste este flagelo.

    «Acá podés elegir si dejas el auto en mi garaje o lo dejas en manos de los trapitos, yo te garantizo seguridad, confianza y responsabilidad, cosa que no sé si ellos te aseguran», aunque al mismo tiempo reconoce la necesidad de trabajar de aquellos que no cuentan con un empleo formal.

    «Yo me preocupo del portón de mi local para adentro, lo que hagan ellos en la calle, no es mi problema» y agrega «acá tenés que convivir y yo no tengo drama con ellos, necesitan dinero y un Boca –  River es el partido ideal para generarlo».