La reinserción social es una de las asignaturas pendientes que tiene el Servicio Penitenciario Argentino. Falta de infraestructura, poblaciones hacinadas y todo tipo de necesidades a la hora de asistir social y psicológicamente a un convicto, hacen que el objetivo final se vislumbre a muy largo plazo.
Paradójicamente, hay quienes sueñan con recuperarse y no dan el partido por perdido. Son los internos de la Unidad 6 de la ciudad de Dolores, que semana tras semana entrenan, concentran y gozan de buena conducta, para tener la posibilidad de pasar los muros y demostrar, a través del fútbol, que tienen espíritu y compromiso de vivir en sociedad.
HispanoPost llegó a la localidad de Abasto y aguardó a la llegada de los protagonistas. Dieciséis futbolistas, más del doble de efectivos policiales, los correspondientes avales judiciales y una decena de patrulleros que escoltaron el autobús que los trasladaba, le dan el marco a una práctica pocas veces vista y más que llamativa. Una vez que los internos se encontraban dentro de la cancha, los guardias formaron un perímetro y los internos comenzaron a moverse libremente entrando en calor.
Si bien la mayoría de los internos forman parte de Ferroviarios de Sevigne, de la humilde Liga Regional de Dolores pero afiliada a la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), el principal objetivo no es precisamente «el título» sino la búsqueda de un objetivo y el manejo de emociones positivas y negativas, generadas por el éxito o la frustración dentro y fuera de la cancha.
