Este martes 12 de diciembre Nicolás Maduro pisó nuevamente, después de cinco años, el Palacio Federal Legislativo para presentar la memoria y cuenta de su gestión durante el año 2020. Los diputados de la Asamblea Nacional madurista aplaudieron y rieron durante horas el rosario de excusas que hiciera el dirigente político del oficialismo.
En medio de su alocución soltó una bomba. Anunció que el Poder Electoral, «cumpliendo la Constitución», convocará las elecciones de alcaldes, quienes fueron electos en diciembre 2017 y cuyos periodos constitucionales son de cuatro años, en 2022.
«En el año 2022 se convocará elecciones municipales y en ese año se puede convocar un referéndum revocatorio presidencial. De no convocarse, será hasta el 2024 cuando se realicen elecciones presidenciales», dijo.
Para el periodista especializado en el tema electoral, Eugenio Martínez, la afirmación de Maduro de llevar las elecciones de alcaldes a 2022 (cuando deben celebrarse en 2021) puede ser el primer paso para eliminar definitivamente la mayoría de las competencias de las alcaldías y transferirlas a la nueva estructura comunal.
En el recuento, que comenzó pasadas las 5:30 de la tarde y duró aproximadamente tres horas y media, Maduro también reconoció su ausencia continuada a la responsabilidad constitucional de ofrecer su balance frente a los parlamentarios: He vuelto, hemos vuelto, aquí estamos otra vez. Cumpliendo los mandatos sagrados de nuestra Carta Magna. Cuando estuve hace cinco años era otra la situación, pero el sentimiento, la voluntad es la misma.
Lo que no fue una memoria y cuenta, sino una memoria y «culpa», le dio la oportunidad a Maduro de desprenderse, una vez más, de todas las responsabilidades ante la grave situación nacional.
Con láminas en mano, mostró cómo Venezuela se encontraba en bonanza durante los años 2011 y 2013 y reiteró que hace ocho años atrás el país estaba en una mejor situación económica y financiera.
La razón, según Maduro, para que la situación económica de Venezuela sea negativa fue la presión ejercida por el presidente saliente Donald Trump, y también, un poco, por su antecesor estadounidense Barack Obama. No obstante, se tomó la molestia de pedir a los empresarios y al gobierno de Estados Unidos que reflexionen ante los estragos que sus acciones han ocasionado en la economía venezolana.
Aseguró que las sanciones económicas impuestas desde Estados Unidos comenzaron a aplicarse en 2013. Sin embargo, realmente se aplicaron a partir de 2019. Las sanciones que se impusieron en años anteriores fueron contra funcionarios específicos.
Con la recuperación de ese dinero, Venezuela experimentaría una recuperación inmediata, milagrosa, automática. Venezuela podría invertir para llegar a producir dos millones y medio de petróleo», dijo Maduro. También advirtió que esta posible «reflexión» le permitiría a Venezuela crear un fondo para los futuros años.
Maduro volvió a llamar «válvula de escape» a la dolarización «parcial» por la que atraviesa Venezuela. «Nosotros hemos favorecido la flexibilización de estos mecanismos que deben pasar en una nueva etapa, a ser mecanismo que tribute. Estamos aceptando las divisas para abrir cuentas en la economía digital en todo el país».
A propósito de ello, autorizará la apertura de cuentas en divisas convertibles: «Tú abres una cuenta en dólares y la tarjeta de débito paga en bolívares».
También indicó que en 2020 recibieron nos 743 millones dólares en ingresos en divisas. Sin embargo, en 2013 , según el economista Luis Oliveros, obtuvirton casi 57.000 millones de dólares,
De acuerdo con Maduro, la pobreza general en Venezuela se ubicó en 17% y la pobreza extrema en 4%. Aseguró que la escolaridad es de 93%, de los cuales 80% de los estudiantes se encuentran, según sus datos, dentro del sistema público y gratuito.
Maduro llamó a los chavistas que reniegan de sus políticas, entre ellos al Partido Comunista de Venezuela (PCV), como la izquierda trasnochada: Que nadie haga ni desde la izquierda trasnochada ni desde la derecha trampista, demagogia barata, dijo, al referirse a quienes, a su juicio, no velan por el sueldo y la estabilidad económica de los venezolanos.
Además, aprovechó la oportunidad para recordar su presunto encuentro clandestino con el dirigente opositor Juan Guaidó, a quien tildó de «títere» de Leopoldo López y del exmandatario estadounidense Donald Trump.
En medio de un discurso poco hilarante, Maduro sudaba la «gota gorda» y con el pañuelo en mano instó a los medios de comunicación, en especial a las agencias internacionales, a que informaran sobre una supuesta desesperación de su parte. «Maduro está nervioso. Maduro suda, porque está nervioso», bromeó.
Lo cierto es que en el salón protocolar del Hemiciclo o «espacio adjunto», como lo llamó más temprano Jorge Rodríguez, el lugar donde Maduro ofrecía su memoria y cuenta, el aire acondicionado estuvo defectuoso más de la mitad del período legislativo anterior.
Un par de horas antes de que Maduro iniciara su discurso, los parlamentarios electos el pasado 6 de diciembre realizaron la sesión ordinaria correspondiente a este martes, donde se anunciaron los nombres de los nuevos presidentes, vicepresidentes y miembros de las Comisiones Permanentes de la Asamblea Nacional.
Sesión que no comenzó a la hora pautada, ya que según lo dicho por su presidente Jorge Rodríguez «a las 3:30 de la tarde, cuando debíamos iniciar la sesión, no contábamos con el quórum reglamentario».
Rodríguez exhortó a sus compañeros diputados a que en la próxima sesión sean «más puntuales» para poder dar inicio a la hora establecida.
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