Los liderazgos de Nicolás Maduro y Juan Guaidó están seriamente comprometidos por la falta de resultados y el deterioro vertiginoso de la calidad de vida de los venezolanos en los últimos años. Según datos de la última encuesta de Datanálisis, el líder oficialista tiene 76,7% de rechazo, mientras que 61,6% de los consultados califica como negativa la gestión del presidente de la Asamblea Nacional.
La población está esperando resultados, es un rechazo paritario y rotundo a ambos liderazgos y modos de proceder. La mayoría sostiene que los problemas van a seguir si Maduro se mantiene en el poder y si Guaidó continúa al frente de la oposición, dijo a HispanoPost el jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Metropolitana, Oscar Vallés.
Acotó que evidentemente en Venezuela es preciso y necesario renovar el liderazgo. Tenemos aproximadamente 20 años con un liderazgo que se niega a abandonar las posiciones de comando y dirección pública, señaló.
La mayoría de los que empezaron con Chávez siguen con Maduro y por el lado opositor aquellos que iniciaron su rechazo al presidente Chávez, con la generación 2007, son los que prosiguen en la dirección política. El resultado social de ese liderazgo es terrible, la encuesta le está dando un castigo al liderazgo y demuestra que ha sido un rotundo fracaso en Venezuela, añadió Vallés.
Explica que Guaidó y el G4 requieren de un éxito político pronto, antes que finalice el año, porque de proseguir por la vía que en la que van, sencillamente el apoyo seguirá deteriorándose. Los liderazgos tienen un desgaste natural y solo se pueden compensar si ese desgaste se nutre con nuevos éxitos políticos y hasta ahora no han tenido ningún éxito político a la mano, sostuvo.
El gran éxito que puede revertir esto es la renovación de la Asamblea Nacional, pero tienen grandes dificultades para ganarla por las estrategias de la revolución y también por las fuerzas internas que no quieren elecciones. El gran problema es cómo lograr un éxito político similar a ganar la AN, sostuvo.
Al ser consultado sobre la posibilidad de un liderazgo emergente, Vallés señaló que en Venezuela la ciudadanía no tiene opciones de preferencia, las preferencias políticas son producto de varios factores como la independencia y la autonomía y en el caso de los venezolanos no es así.
Las preferencias a favor del gobierno vienen en buena medida signada por la necesidad y no por la libertad. La gente libremente no prefiere al gobierno, necesariamente prefiere al gobierno porque, al no optar por ellos, su condición de vida puede ser mucho peor que la que ahora tiene. En el caso de los que prefieren a la oposición, igualmente opera la preferencia por necesidad, porque no hay otra opción que Guaidó para modificar sus actuales condiciones de vida. Por lo tanto, al no ver ninguna alternativa con musculatura y garantía de cambio, optan por la única que existe, por la que más ofrece la posibilidad de cambiar, concluyó.
El doctor en Ciencias Políticas, Alexis Alzuru opina que para Guaidó y la oposición es un drama tener un rechazo de 60% por el proceso que está viviendo Venezuela y que su caída se produce en poco más de un año.
Pasa de ser la esperanza de la renovación de la democracia a ser la desesperanza del país, pero eso ocurre en apenas 12 meses. Ssi para cualquier político es un drama tener ese puntaje de rechazo, creo que para Guaidó eso es mucho más dramático, indicó-
Agregó que la dupla Guaidó-Leopoldo (López) han cometido no solo errores políticos, sino errores morales y emocionales. Con todos los asuntos asociados a la ostentación de la riqueza y posicionamiento económico de su entorno en un contexto social dramático para cualquier venezolano, son graves errores, dijo.
Alzuru considera que los problemas de Guaidó no solo fueron morales sino emocionales, porque cuando tu defraudas la confianza y las expectativas del pueblo tu atacas el espacio emocional del sujeto, que se agrava más con su resistencia a negociar algún espacio para beneficiar a la sociedad venezolana. Logró el acuerdo del COVID-19 porque saben que sería inadmisible para la humanidad que ellos se nieguen a un acuerdo para salvar a la cantidad de venezolanos que pueden morir en los próximos tres meses, añadió.
Guaidó se hizo un daño a sí mismo, proyectó una imagen sin criterio en la que depende de Leopoldo López y de lo que le diga Estados Unidos, ningún liderazgo soporta eso. Lo más grave es que no tiene un plan, acotó.
Señaló que para Guaidó el pensar en recuperar su capital perdido es un proceso irreversible. No hay forma, habrá que esperar el nuevo Parlamento y ver qué oposición surge de allí. Pero esta no se recupera, al menos yo no lo veo, aunque siempre hay un margen de acción de la comunidad internacional y específicamente de Estados Unidos. Si no ocurre una intervención militar norteamericana, el daño que se hizo Guaidó e hizo a la oposición es irreversible, sentenció.
Con respecto al rechazo hacia la gestión del líder oficialista, dijo que para Maduro no es un problema porque para él la legitimidad política no corre por la aprobación o no de la población, esa es una variable que para un dictador la tiene en un tercer o cuarto plano, le es irrelevante. En su enfoque de lo que se trata es de someter a ese 70% de población que rechaza su modelo político.
A Maduro no le importa para nada que lo rechace el 70%, Maduro está conforme con su 10% de chavistas y maduristas radicales. Maduro está conforme con tener una base electoral que esté entre el 25 y 30 por ciento, para él es suficiente, aseguró.
Explicó que el líder oficialista no necesita más y considera que es imposible que le den un golpe porque las fuerzas armadas no están en capacidad, no tienen el poder de fuego. Maduro no solo logró desarticular a las fuerzas armadas, sino que trasladó el poder de fuego a otros sectores que están comprometidos con él. Las FANB como actor político es un mito. Las FANB no son el protagonista, aseguró.