El informe Impacto de la COVID-19 en la Migración Venezolana, realizado por la organización no gubernamental Un Mundo Sin Mordaza y presentado este jueves 29 de octubre, indica que 77,1% de los venezolanos migrantes no está trabajando, 41,1% quedó sin trabajo como consecuencia de la pandemia y 18,8% ha sido suspendido y no recibe salario.
El cuestionario electrónico fue realizado en 25 países desde el 18 de abril al 9 de agosto de 2020. La muestra la constituyen 623 encuestas, que representan un universo de 2.551 personas. Los venezolanos que formaron parte son la punta del iceberg, porque hay una gran cantidad que no tiene los recursos para responder esta encuesta, afirma Daniel Bastardo, quien junto a Hanoi Reyes y Johana Linares, forma parte del equipo de investigadores.
El trabajo de campo revela que 72,6% de las familias venezolanas en el exterior no dispone de ahorros; 47,2% no tiene ingresos; para 73,7% es difícil o muy difícil cubrir los gastos de vivienda; 71,1% aseguró que es cuesta arriba pagar los servicios y 69,2% afirmó que es de gran dificultad costear la alimentación.
Descubrimos que es muy importante para los venezolanos que están afuera enviar remesas, ya sea en cajas o dinero, señala Reyes, ingeniera en materiales, con especialización en gerencia de empresas de la Universidad Simón Bolívar (USB). Sin embargo, el estudio muestra que 52,5% de las familias no podrá enviarlas, realidad que a través de la investigación cualitativa se destaca que afecta de manera personal a los migrantes venezolanos.
La encuesta estuvo enfocada en abarcar a todo el grupo familiar que vive en el exterior con el encuestado. Aprendimos que el venezolano emigra en familia, sostiene Reyes ante los resultados que muestran que 10% de los venezolanos que emigra vive solo. En la mayoría de los casos, 57% de las familias en el exterior tiene entre 3 y 5 miembros, pero en 48,8% de las familias solo una persona genera ingresos.
Con respecto a la salud, se halló algo que es sumamente grave, 41,8% de las familias no sabe si puede acceder al sistema sanitario del país de acogida. A este número se le suma 21,4% que no puede acceder a los sistemas de salud debido a su condición migratoria, expresa Reyes. El informe que señala que 45,9% de las familias tiene al menos un integrante que podría enfermar gravemente si se contagia de COVID-19.
Bastardo, doctor en Ciencias Biomédicas con especialización en Microbiología, Inmunología y Bioquímica en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee, concluye: Los migrantes venezolanos representan una población de alto riesgo, debido a su condición de indefensión y vulnerabilidad. La pandemia le añade complejidad a una situación que ya era crítica.
El impacto económico de la pandemia ha sido devastador para la diáspora venezolana. 77% se encuentra sin trabajo, un porcentaje que en algunos de los países investigados es mayor, y 47% sin ingresos y las consecuencias se traducen en un riesgo para la seguridad alimentaria y de vivienda de los venezolanos en el mundo, añade.
Rodrigo Diamanti, fundador y presidente de Un Mundo Sin Mordaza, asegura que mientras vivamos en dictadura las personas seguirán saliendo y actualmente fuera del país la realidad no es favorable.
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