Me importan los Pobres

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    Recientemente en uno de mis video blogs, titulado agonía y muerte del modelo democrático invitaba a que nos preguntáramos si a estas alturas y ante el vertiginoso giro de inestabilidad y violencia social que recorre el hesmiferio sería posible para nuestra incipiente democracia concretar la voluntad política para la Reforma del Estado como lo han propuesto grandes pensadores y que hoy se hace impreativo en muchos de nuestros países.

    Hoy observo con verdadera sorpresa como la simplista conclusión a la que llegan poderosos organismos internacionales y pensadores que allí trabajan son tan superficiales en definir cuál es la piedra angular de la problemática de nuestros tiempos, hoy los observo mas enfocados en destacar en sus estudios y artículos cuánto tienen unos y cuánto no tienen otros muchos, y esos los ha llevado a acuñar el nuevo témino de moda para la consolidación de un debate que pasará y ya esta pasando de los centros académicos a estimular de nuevo el odio de clases y la justificada violencia callejera que pone de rodillas a sistemas de seguridad y a presidentes de naciones, conviritiendo a este témino de la noche a la mañana en el favorito del mainstream económico actual:

    El término es Desigualdad asi es desigualdad, desigualdad  es el nuevo jinete del apocalipsis moderno.

    Y eso me lleva a recordar al brillante economista y jurista español Pedro Schwartz cuando dijo: No me importa la desigualdad por que no soy envidioso, me importa la pobreza.

    Claro, el tema es la pobreza, el tema son las capacidades para dejar de ser pobre, el tema no es la hoy venerada corriente de la desigualdad social, Misess lo dejo muy claro, “Los hombres nacen desiguales y es precisamente su desigualdad la que genera la cooperacion social y la civilización.

     
    La piedra angular de la problemática NO ES LA DESIGUALDAD. El problema es la POBREZA. Pobreza no es lo mismo que desigualdad. Si yo gano 5,000 dolares y el señor Bill Gates 50,000 eso no me afecta en nada si yo puedo cubrir mis necesidades. Lo que desean los nuevos promotores del descontento y la frustración es  intentar igualar a Bill Gates conmigo y esos nos hará pobres a los dos.

    Luchar contra la desigualdad de ingresos es hoy la principal bandera que está siendo utilizada desde los tanques de pensamiento, instituciones como la CEPAL y el Banco Mundial, desde las aulas por intelectuales de izquierda hasta los radicales violentos del populismo latinoamericano y europeo.

    El ejemplo más dramático de lo que sucede con esa aspiración es que cuando la misma es llevada y ejercida desde el poder político se produce lo que se ha producido en la dolorida Venezuela, el socialismo del siglo XXI logró la igualdad en la miseria, hoy la otrora rica Venezuela tiene a cerca del 90% de su población igualmente pobres.

    Y claro, las cifras no mienten y esos indicadores que les fascina manipular tampoco mienten, mienten estos tamboreros del nuevo apocalipsis, veamos esto, hoy hay más igualdad de ingresos en Somalia que en Chile, según el índice de Gini; pero la mayoría de habitantes son mucho más pobres en Somalia que en Chile. De nuevo queda demostrado: el problema es la pobreza no la desigualdad

    Les leo textualmente la propuesta salida de estos genios de Naciones Unidas sobre esta temática, pongan atención:  Llegó la hora de la igualdad y de un nuevo estilo de desarrollo. Es hora de replantear los pactos sociales y superar un modelo económico basado en la cultura del privilegio que prioriza el interés privado sobre el público, el capital sobre el trabajo, la acumulación sobre la redistribución, el crecimiento sobre la naturaleza, los privilegios sobre los derechos, la diferenciación social sobre la igualación, las jerarquías sobre las relaciones horizontales. Que bonito suena..

    Querer hacer ver que un aumento de los ingresos de unos es la causa de una disminución de ingresos de otros, no solo es simplista, tiene y contiene toda la mala intención de buscar la confrontación social a escala global. Estan reviviendo lo que se conoce en las aulas de los economistas como falacia de la economía el juego de suma cero, algo que no es real, puesto que lo que ganan unos no es porque lo pierdan otros o viceversa. Entender la economía como un juego de suma cero suele terminar siempre en la misma situación: una agenda política ‘anti-ricos’ en pro de más igualdad.

    Por favor estamos en el siglo XXI eso se ha intentado por más de 150 años desde que sus postulados fueron publicados en una fría mañana

    en la ciudad alemana de Hamburgo en 1867. Creo que el título del libro era El Capital y su autor un señor llamado Carlitos Marx.

    Pensémoslo, Hasta la próxima