En un recorrido realizado por las instalaciones del Metro de Caracas, HispanoPost constató que las estaciones se encuentran custodiadas por milicianos, quienes serán los encargados de vigilar el proceso de cobro dentro del sistema.
Autoridades informaron que a partir de este mes de junio se retomará el pago de boletos a un costo de 40 bolívares soberanos.
Usuarios del Metro reaccionaron a la medida que entrará en vigencia a partir del próximo 22 de junio. Para nada creo que mejore, una cosa no tiene que ver con la otra, dijo José Acosta a HispanoPost. El servicio es muy malo, nos tratan como animales, agregó.
Otros usuarios que no quisieron identificarse coincidieron en que la medida no mejorará la operatividad y efectividad del subterráneo, pero están de acuerdo en que el servicio no sea gratis.
En el andén de la estación de Altamira mientras las personas esperan el tren, todas las conversaciones eran referente al nuevo cobro del pasaje. 40 bolívares no es nada, deberían cobrar más a ver si el Metro funciona bien, dijo una señora a la mujer que estaba a su lado. No serán nada, pero pagando no creo que mejore, le respondió.
No solo las mujeres compartían sus dudas sobre pagar o no por el servicio. Varios usuarios están dispuestos a comprar el boleto si el servicio mejora, mientras que otros creen que no vale la pena si la situación de deterioro en el Metro se mantiene.
Con respecto a los mecanismos que se utilizaron en el pasado para cancelar los tickets, tanto los torniquetes como las máquinas se encuentran dañadas.
Entre las estaciones de Chacaíto, Chacao y Altamira, solo en la estación Chacao están vendiendo boletos, pero sin recarga de tarjetas.
Un miliciano que se encontraba en esa estación comentó que a partir del sábado estarán ahí para vigilar el proceso de entrada en los torniquetes y para que todo salga bien.
Los usuarios aseguraron que los milicianos repetirán lo que hicieron meses atrás cuando el Metro aún emitía boleto, pero no funcionaban los torniquetes: recibir los tickets y romperlos. Seguramente las máquinas no servirán, dijeron.
