Luis Andrés Colmenares está muerto desde octubre del 2010. ¿Fue asesinado? ¿Murió en un accidente? Divagar sobre las razones de su deceso es el motivo de la nueva serie de Netflix. La ficción de ocho capítulos narra la historia de este caso del cual se ha escrito y dicho mucho, tal vez demasiado en audiencias privadas y públicas, en un juicio, en televisión, en oficinas policiales.
Casi todo lo que se ha contado sobre el caso Colmenares puede verse en YouTube (el juicio real, entrevistas de los familiares y acusados, llamadas intervenidas) y quizás por eso, la serie de Netflix viene a ser tan solo un compendio de casi todas las teorías sobre la muerte de este joven colombiano en una situación a todas luces absurda.
Si pensamos en la serie y olvidamos que está basada en una historia real, viene a ser igual de sorprendente. En realidad lo que le ocurrió al joven Luis Andrés Colmenares parece una película de terror, un cuento de suspenso. La historia real tiene todos los elementos de una ficción macabra.
Los actores han realizado una caracterización bastante fiel de los involucrados, aunque algunos valiéndose del maquillaje y otros artificios. Este hecho juega muy a favor de la ficción de Netflix que ha sufrido un gran número de cuestionamientos desde su estreno.
A la plataforma la han acusado, familiares e involucrados en el caso, de querer lucrar con una desgracia. De usar el morbo para «entretener» a su audiencia. Acusaciones que seguro tienen asidero en la realidad. Sin embargo, hay que admitir que una historia como esta tiene todos los elementos necesarios para enganchar y sobrecoger el ánimo. En sí misma posee factores que instan al morbo: chicos jóvenes, noche de Halloween, una historia de amor (y desamor), celos y despecho. Claro que sobre todo es una historia tan confusa como conmovedora, tan dramática como triste porque la muerte de un muchacho de veinte años es un hecho doloroso y muy real.
No es un juego ni una mentira el dolor que los familiares han atravesado durante años. Así como tampoco es una frivolidad que una vida se haya terminado sin razón alguna.
Historia de un crimen: Colmenares, quizás debido a su extensión (es relativamente corta) es precisa. Cuenta rápido y puntualmente cada capítulo desde la mirada y el punto de vista de los participantes. En ese aspecto la serie de Netflix pretende (y creo lo logra) ser objetiva y ceñirse a los hechos. No casarse con una u otra versión. Al menos particularmente nunca sentí que existiera parcialidad alguna por darle más o menos espacio a cada una de las posiciones de los involucrados.
Las actuaciones son perfectas, esto es muy fácil de comprobar. Solamente diríjanse a YouTube para ver y escuchar a la mayoría de los involucrados en la vida real. Los diálogos están calcados de la realidad, los tonos de las voces de los actores, todo concuerda.
Filmada en formato cine, las licencias poéticas que se toma la serie sirven de mucho para darle cuerpo a esta historia sórdida y triste que te empuja a tomar partido. Aunque al final, al menos a mí me pasó, no puedas decidir qué versión debes creer.