Desde el año 2019 la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viene aplicando un esquema de sanciones contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa), con el fin de ejercer presión contra el régimen de Nicolás Maduro y así obligarlo a ceder el poder.
Estas medidas, sin duda alguna, han afectado el funcionamiento de la industria petrolera venezolana, lo que ha traído disminución en la producción de crudo, gasolina, diésel y productos refinados.
Según la vicesecretaria de la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado, Sandra Oudkirk, las sanciones buscan ejercer presión a Maduro y sus aliados, minimizar su recibo de ingresos de Estados Unidos y salvaguardar el sistema financiero estadounidense.
Al ver este escenario y la incomodidad que ha generado al régimen venezolano, el gobierno estadounidense anunció hace pocos días que estudia seguir extendiendo las sanciones contra Pdvsa y no renovar algunos permisos que ha otorgado para que empresas estadounidenses trabajen en suelo venezolano.
En este sentido, HispanoPost conversó con el economista y experto petrolero, Rafael Quiroz, quien aseguró que un nuevo esquema de sanciones podría colocar a la industria petrolera venezolana en terapia intensiva.
Esto un paso más en la escalada que trae Estados Unidos para tratar de ahogar, por así decirlo, nuestra ya destartalada industria petrolera, una industria que viene de más a menos y cuya situación cada día es más dramática. Su estado de angustia, por así decirlo, se acrecienta y viene deteriorándose y mal manejándose desde hace no menos de 10 o 12 años, explicó.
Recordó que desde 2004 la industria petrolera venezolana viene recortando su producción de crudo y a partir de 2011 experimentó, además, una caída en la refinación. Por lo tanto, Estados Unidos ve todo este escenario y coloca presión en una empresa sumamente debilitada, pero que le genera recursos al gobierno para su subsistencia, dijo.
Estas medidas tomadas de forma unilateral por parte del gobierno de Estados Unidos, sea con el pretexto que sea, están afectando a la población, porque somos los que estamos pagando los platos rotos y la factura de esas consecuencias. Estas sanciones ya están tocando las orillas de las playas de Pdvsa, ha llegado a las propias instalaciones y hoy limitan más las capacidades de producción y refinación de nuestra industria petrolera, más allá de la inoperatividad o la ineficiencia con que se ha venido manejando, afirmó.
Lamentó el decomiso de cuatro barcos cargados con gasolina que venían hacía Venezuela, que eran para el consumo interno de los ciudadanos que están padeciendo una escasez de combustible. Por una parte, debido a la poca producción y, por otra parte, por el racionamiento que viene realizando el gobierno como una medida para controlar la pandemia del coronavirus.
En cuanto a la amenaza de sancionar la importación de gasoil o diésel a Venezuela, alertó que este combustible es el que se usa básicamente para el transporte público, transporte de alimentos y de carga, lo que perjudicaría de manera importante a la población.
Hoy en día el diésel tiene una demanda en Venezuela interesante, porque se usa para el transporte público y colectivo y para el transporte de carga. Aunque Venezuela tiene en existencia tanto diésel como gasolina, el emitir más sanciones podría poner en jaque la reposición de las existencias de combustible en Venezuela y eso, sin duda alguna, afectaría a todos los venezolanos, indicó.
Precisó que según cifras que maneja la propia Pdvsa, el consumo diario de diésel en Venezuela ronda los 50 mil barriles, lo que considera un volumen importante para el país.
Obviamente es mucho mayor la demanda de gasolina que la de diésel en Venezuela. Sin embargo, son los vehículos que utilizan este combustible los que preocupan, porque insisto es transporte público, de alimentos, carga pesada, que lleva los productos necesarios para que la población sobreviva, alertó.
Rafael Quiroz reveló que las plantas de El Palito y Amuay ya se encuentran trabajando en la producción de gasolina, pero aclaró que los niveles están muy por debajo de su capacidad instalada.
En Venezuela se está produciendo gasolina en la actualidad y el gobierno con esta producción podría, por lo menos, mantener el consumo en Caracas y otras ciudades importantes del país, pero no en todo el territorio nacional. Ojalá que Pdvsa logre reactivar las plantas y produzca aunque sea la mitad de la capacidad de producción que entre las tres (Palito, Cardón y Amuay) ronda 1 millón 100 mil barriles. Con esto Venezuela podría cubrir su consumo interno, pero es muy difícil que se llegue a esta cifra debido a las sanciones que recaen sobre Pdvsa, explicó.
Llamado de alerta
Por otra parte, el también economista y director de programa Oil for Venezuela, Francisco Rodríguez, exhortó a la Asamblea Nacional dirigida por Juan Guaidó a que no permita que Estados Unidos aplique nuevas sanciones a Pdvsa y no se permita la importación de diésel al país.
Estados Unidos aparentemente ha decidido prohibir que cualquier empresa envíe diésel a Venezuela a partir de octubre, lo que sería grave para los alimentos y la salud. Habría un aumento en la escasez de alimentos, alertó.
Explicó que es una medida claramente electoral, por las elecciones presidenciales estadounidenses. Esta medida va a costar vidas porque gran parte del transporte público y de alimentos funciona con diésel, aseveró.
Indicó que Venezuela se encuentra bajo fuertes sanciones petroleras, pero a partir de febrero de este año Estados Unidos también comenzó con un esquema de sanciones secundarias que involucran a terceros. La administración de Trump había permitido que algunas compañías no estadounidenses enviaran diésel a Venezuela. Eso podría revertirse, alertó.
Rodríguez indicó que Citgo, filial de Pdvsa en Estados Unidos, está en condiciones de enviar gasolina para el reducido consumo venezolano, por lo que expresó su apoyo a la propuesta realizada por el diputado a la Asamblea Nacional, José Guerra.
El diésel es fundamental
Aquiles Hopkins, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), sostuvo que los trabajadores del campo están perdiendo las siembras y se les dificulta mantener la producción debido a la escasez de combustible que hay en Venezuela, y si no se permite la importación de diésel la paralización podría ser inminente.
Advirtió que en los próximos seis meses podría existir una escasez de productos agrícolas, dadas las dificultades por las que atraviesan los agricultores, especialmente para la fecha, puesto que durante estos meses inicia el ciclo de siembra más importante del año por el comienzo de las lluvias.
Hoy estamos consumiendo lo que se sembró hace tres y seis meses, pero en seis meses vamos a consumir lo que se debe estar sembrando ahora. Se debe estar iniciando, en estos momentos, el ciclo de siembra más importante del año por el invierno y el inicio de las lluvias, y estamos muy retrasados porque no tenemos combustible para ir hasta las unidades de producción, ni suficiente diésel para los camiones. Esto se traducirá en escasez de alimentos para los próximos meses, detalló Hopkins.
Indicó que 120 mil unidades de producción podrían paralizarse, si no hay diésel para sacar las cosechas a los centros de distribución que se encuentran ubicados en las principales ciudades del país.
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