El anuncio de la elección de Mauricio Claver-Carone como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) rompe una tradición de más de seis décadas. A pesar de tener raíces cubanas, nacido en Miami y criado en Madrid, es el primer estadounidense en encabezar esta institución desde que se fundó en 1959.
En una votación a puerta cerrada y por Internet, los gobernadores eligieron a Claver-Carone, el único candidato que quedaba en carrera y que actualmente es asesor del presidente estadounidense Donald Trump, para un mandato de cinco años que comenzará el próximo 1º de octubre.
Aunque la designación de Claver-Carone contó con el apoyo de una clara mayoría de los países del continente, también es el resultado de una dura campaña marcada por el áspero intercambio de críticas entre el nuevo presidente del BID y los gobiernos que adversaban su candidatura.
Claver-Carone se ha descrito como latinoamericano durante el proceso de selección del banco. ¿Qué me hace a mí menos hispano?, dijo por las críticas a su candidatura por ser un ciudadano estadounidense en una carrera tradicionalmente hecha para latinoamericanos.
El economista Francisco Rodríguez asegura que la elección ha levantado una señal de alarma en el mundo latinoamericano por razones válidas. Una es que se está rompiendo la tradición que era que el BID lo presidia un latino y ahora será un estadounidense. La administración Trump impuso esa condición y logró el apoyo de varios aliados importantes, pero hubo muy fuerte oposición en la región, señala.
Mauricio Claver ha sido identificado con políticas bastante extremas. Él es el principal arquitecto de la estrategia con respecto a Venezuela. Ha sido partidario de la línea dura, se le identifica con el endurecimiento de las sanciones petroleras y la decisión que está en curso de ser implementada de restringir las importaciones de diésel a Venezuela, explica.
Rodríguez considera que el nuevo presidente del BID Es una persona que está entrando con la agenda aparente de incrementar el control de Estados Unidos a imponer una visión en línea conservadora de algunos países, pero es previsible que se van a generar y profundizar las divisiones en ese organismo y, por lo tanto, son válidas las preocupaciones. Quedará por esperar cuáles serán sus primeros actos, refiere.
Clever-Carone, coherente con la administración de Trump, ha tenido una postura férrea contra los gobiernos de Venezuela y Cuba. «La alianza que hemos creado de 60 países a favor de la democracia en Venezuela ha sido muy impactante. Creo que es la alianza más grande desde la Segunda Guerra Mundial a favor de la democracia y la política de presión máxima que hemos lanzado desde el primero de enero de 2019. Estamos viendo un régimen de Maduro más debilitado», declaró semanas antes de ser electo.
Sin democracia, lo demás es irrelevante, es el pensamiento del nuevo presidente del BID sobre Cuba y Venezuela. Se ha convertido meteóricamente en un cubano americano influyente en Washington hasta llegar a hablarle al oído al presidente Donald Trump sobre Latinoamérica.