La película chilena Gloria (2013) tiene nueva versión. Se llama Gloria Bell (2018) y cuenta con Julianne Moore en el papel protagónico.
Genera sorpresa ver a Julianne Moore bailar Devórame otra vez de Lalo Rodríguez con John Turturro en una de las escenas más divertidas de esta película. Pero asombra mucho más descubrir (otra vez) el potencial que tiene la actriz para crear personajes con los que puedes empatizar desde el primer momento.
Sebastián Lelio escribe y dirige de nuevo su película Gloria (2013) con otros actores y escenarios. Cambia el ámbito cultural y la banda sonora, pero su historia sigue intacta.
Aunque en apariencia solamente modifica el decorado, la ciudad y la gente, este nuevo aire hace lucir a su película de un modo diferente. Esta versión es mucho más luminosa y alegre. Inspira menos melancolía que la primera protagonizada por Paulina García.
A veces las versiones «gringas» de algunas películas tienen un encanto que llega a superar las expectativas dejadas por la original. Si bien es cierto que en ocasiones los norteamericanos destruyen algunos largometrajes hispanos y europeos (la versión de El secreto de sus ojos, 2009, y Abre los ojos, 1997, son dos buenos ejemplos, la primera llamada Secret in their eyes, con Julia Roberts, 2015 y la segunda protagonizada por Tom Cruise y titulada Vanilla Sky, 2001) otras veces los potencian creando obras totalmente renovadas.
Infidelidad (2002) de Adrian Lyne remake de La Mujer Infiel (1969) de Claude Chabrol es un ejemplo de cómo en ocasiones los norteamericanos pueden darle vida y emoción a cintas latinas o europeas que en sus versiones originales son menos vistosas.
A veces las producciones latinoamericanas y europeas son muy «realistas» y no dejan lugar para la emoción. Nadie quiere ir al cine solamente para que le cuenten verdades. Nos gusta la belleza. Nos hace soñar. Nos emociona. Nos gusta ver la vida mejor de lo que es y en eso los norteamericanos son expertos. Hollywood es el lugar ideal para hacer realidad (al menos en pantalla) las más encendidas fantasías.
Aunque en este caso es el director original quien se encarga de reinterpretar su cinta, puede verse la mano de la industria de lleno en la realización de esta versión. No solamente por lo que puede representar el nivel de producción que tiene un filme de Hollywood, también por la atmósfera que recrean.
Esta versión de Gloria tiene todas las virtudes de la primera y el aire fresco que en ocasiones posee el mejor cine hecho en Los Ángeles.
En Gloria Bell, los nuevos escenarios la enriquecen. La música llena mucho más la pantalla, los colores brillantes y pasteles del atuendo de la protagonista nos hacen ver su historia de un modo más agradable.
La cinta revela el espíritu de una mujer que busca una nueva oportunidad, no solamente en el amor, también en la vida, a través del conocimiento que tiene de sí misma.
Gloria Bell es una fantasía moderna que a ratos puede parecer triste, pero no lo es. Nos brinda la posibilidad de entender que, aunque las cosas no salgan como uno quiere, siempre existe la oportunidad de sentir orgullo de uno mismo.
Los personajes secundarios, incluido el gato (cuando la vean me entenderán) equilibran la trama y nos permiten asistir a una historia compleja sobre el amor, las segundas oportunidades, la madurez y lo único que no debería ser negociable a lo largo de la vida (y mucho menos a los cincuenta años) la dignidad, el valor para ser quien quieres.
Luisa Ugueto Liendo
@luisauguetol