Funcionarios policiales se mantienen custodiando todas las vías de la ciudad desde el comienzo del día. No hay cuadra en Petare donde no se encuentre una alcabala, pero al caer la tarde el panorama es distinto.
Los puntos de control donde a primeras horas había vigilancia, pasadas las 12 del mediodía están abiertos con algunos efectivos de seguridad, pero la restricción vehicular ya no es severa.
Las autopistas no están llenas pero sí se observan algunos vehículos transitando, lo que hace que el tiempo de viaje sea más corto.
El pasado 13 de marzo Nicolás Maduro decretó «estado de alarma» en todo el territorio venezolano para enfentrar la pandemia del coronavirus COVID-19, desde entonces las medidas de seguridad han ido en aumento y, con ellas, la vigilancia policial.
Usando tapabocas y guantes los funcionarios en Petare aguardan a que las personas terminen con sus diligencias y regresen a sus hogares. Mientras el día acaba hay quienes se retiran las mascaras para tomar unos sorbos de café.
Por otro lado, les recuerdan a los ciudadanos que el tiempo circulación debe ser minimo y les piden que caminen estrictamente por las aceras.
Estacionarse en un lugar determinado está prohibido y quienes llegan a Petare por Baloa no pueden ingresar a la redoma hasta después de las seis de la tarde.
«El paso vehicular se abre a las 6 de la tarde. Si quiere entrar a su estacionamiento debe esperar hasta esa hora, porque hasta las 12 había chance y no lo puedo dejar pasar, le dijo un funcionario a un ciudadano que llegaba al lugar.
En medio del aislamientos los venezolanos se las ingenia para poder hacer lo necesario y pasar los días tranquilos en sus hogares.
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