Con su porte y voz, Raúl Amundaray podía hacer lo que quisiera: actuar, recitar, enamorar. Durante casi 60 años fue el primer actor de la televisión venezolana. Un galán no solo a la hora de decir sus parlamentos, sino también cuando estaba fuera de las cámaras. La madrugada de este martes, a los 82 años, murió en Houston, segùn confirmó el diario arubeño NoticiaCla sin que hasta ahora se hallan informado más detalles sobre el fallecimiento.
En la década de los 60, cuando la televisión se consolidaba en Venezuela, el iniciò su carrera actoral. Fue el papel de Albertico Limonta, en el clásico de Félix B. Caignet, «El derecho de nacer», el que le dio el salto a la fama en 1965.
Más de 500 capítulos duró esta telenovela en la que la historia de un joven huérfano marcó la historia de la televisión venezolana. Innumerables fueron las versiones de este drama, y por ello se le considera el génesis de los dramáticos latinoamericanos.
Amundaray fue protagonista y primer actor en más de 50 telenovelas entre Radio Caracas Televisión y Venevisión. Venía de la radio y debutó en la pantalla chica en 1961. Asimismo, hizo carrera como declamador, echando mano de la excelente voz, la cual seducía a las mujeres.
Telenovelas como La Usurpadora, Piel de Zapa y Cristal, entre muchas otras, marcaron su etapa en RCTV donde, según dijo en varias ocasiones, realizó el trabajo que realmente le dio las mayores satisfacciones: la miniserie de José Ignacio Cabrujas, «El asesinato de Delgado Chalbaud», donde se retrató ese polémico pasaje de la historia venezolana.
Luego pasó a Venevisión donde realizó el resto de su etapa como actor en Venezuela, siendo el papel de cura en «Natalia del mar» su última actuación en la pantalla chica nacional. El país de las mujeres, Más que amor, frenesí y ¿Vieja yo? fueron algunas de las últimas producciones en las que trabajó.
Desde hace tres años vivía en Houston con su hija, Omira, debido a que, por la crisis nacional, tuvo que cerrar la academia que durante más de dos décadas se dedicó a formar actores.