Redes el Debate entre el Bien y el Mal

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    Hoy les hablare sobre el impacto que esta produciendo las redes en nuestras vidas y países, doy inicio a la reflexión parafraseando al escritor y periodista español Manuel Vicent, cuando dice, el daño que producen las catástrofes de la naturaleza es irrisorio frente al que pueden producir las borrascas que se desarrollan en el cerebro de algunos. La veleidad del clima no se puede comparar con el peligro que supone la estupidez humana.

    Y claro, es perfecto para hablar del pernicioso impacto que producen algunas personas cuando utilizan para fines inconfesables y obviamente dañinos la redes sociales, la cuales no se puede negar han traído mucha facilidad para el insulto. Como nunca se había visto.

    En cierto modo, las redes podrían suponer una amenaza para destruir a la humanidad, toda vez que entregan al idiota, al fanático, con solo apretar las yemas de los dedos sobre un teclado, un poder nunca antes visto. Pero tambien hay que decir que las redes tambien pueden ser el vehículo que nos provea de de una nueva luz de la inteligencia. De cierta manera, podriamos decir que en la actualidad el bien y el mal se enfrentan en la forma como se utilizan las redes y no es exageración.

    Si pensamos un minuto, estas son una nueva manera de pensar, de amar, de comunicarse, de inventar un nuevo idioma universal, imaginense poder convocar una desgracia con un simple teclazo, es que sudede todos los días, sino veamos como una opinión política en redes puede afectar el precio del petroleo o hacer caer las bolsas de valores en segundos. Las redes aportan cada día más sucesos a la historia universal de la infamia y también al reino de la felicidad. Alguien escribía hace poco que la huella digital es el pensamiento que dejamos en el cerebro del chimpancé.

    Y es increible como ciertas estrategias de comunicación de actores en las redes lo que buscan es que sus expresiones provoquen reacciones de cualquier tipo, de hecho, algunos se proponen ser despreciados e insultados. No necesitan hacer nada; lo que esperan es que las gente los insulte. Así se convierten en figuras de opinión y sobresalen en la vida pública y la prensa gracias a los insultos de esa masa amorfa de usuarios de las redes.

    Hoy por ejemplo,  hemos visto como en diferentes latitudes y países, la incorrección en la políticia es rentable en terminos de votos, muchas veces los lideres de esos movimientos que son verdaderos nidos donde se resguarda toda la frustración de amplios segementos de la sociedad, llegan a posiciones de poder que jamás persiguieron y para lo que no estaban minimamente calificados, todo gracias a que transparentaron la frustración con pensamientos cortos y breves atraves de las redes.

    Hoy en día el fenomeno comunicacional que producen ciertos movimientos en las redes llevan a muchas sociedades a radicalizarse y polarizarse, a que colectivos sociales se fanaticen y adopten posiciones que distorcionan el flujo normal de la conducta y la sana convivencia social, esto solo representa una amenaza para libertad y la democacia, en especial en sociedades poco educadas e ignorantes, faciles presas de lo que se supone puede ser una tiranía oculta que persigue aviesos fines.

    Que hacer ante semejante peligro, solo hay un camino y es activar un proceso inverso donde se promueva y se busque fortalecer la individualidad de criterio y de esa manera escapar a las inercias totalizadoras impuestas por ese activismo irresponsable, de tal manera que las personas  puedan sustraerse del fanatismo. Queda claro y se ha demostrado que solo en la convivencia inteligente, y no en el permanente conflicto, pueden florecer la paz y la prosperidad.

    En Guatemala ha sucedido en estos cinco últimos años . Cada vez más personas habrían expresado su ansiedad por someter su criterio, para sumarse a grupos de protesta, sin saber exactamente por que se protestaba, se asumen posiciones absolutas y claramente conflictivas sin conocer la integralidad de lo que se busca, sin que al final se genere un resultado concreto, ese es un legado que podemos agradecer a Ivan Velázquez y a CICIG. Allí tenemos el resultado: un país cuyas estadísticas de violencia se han disparado de nuevo a escenarios escalofriantes… donde sus ciudadanos discuten insultándose y amenazándose mutuamente. Una sociedad que no se tolera y que transita en una ruta de conflicto permanente sin que nada ni nadie detenga ese balon virtual en medio del terreno, para llamar a la reflexión y la concordia.

    Pensemoslo, hasta la próxima.

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