Tik Tok es una aplicación para móviles que consiste en crear y compartir videos cortos. Vio la luz por primera vez en 2016, pero fue recientemente que se hizo realmente popular en especial entre los jóvenes; ya que, les permite a sus usuarios crear videos musicales cortos de 3 a 60 segundos.
Así como Tik Tok reapareció, con ella volvió también la práctica de peligrosos juegos en los colegios y liceos del mundo, hoy conocidos como retos virales. Los estudiantes ponen en riesgo su vida intentando sobrevivir a un ataque de asfixia, una zancadilla o a una fuerte caída luego de ser girado como las aspas de un helicóptero.
El educador, psicoterapeuta y miembro de Cecodap, Oscar Misle, afirmó que uno de los motivos por los que estos retos se hacen virales entre los jóvenes tiene que ver con falta de educación emocional. Tenemos que evaluar qué es lo que está pasando con los niños y adolescentes. Cuáles son los espacios que tienen para divertirse y qué clase de educación emocional están recibiendo en la casa.
Misle explicó que la educación emocional no es solo ofrecer besos y abrazos a los jóvenes: Es también enseñarles sobre el valor de la vida y las consecuencias de sus acciones. La violencia en la que estamos viviendo también está tomando los espacios donde cohabitan los jóvenes como los colegios.
La psicopedagogo e integrante de ASY Unidad de Neuroaprendizaje, Mary Flor Jordan, resaltó la importancia de tener plena comunicación en la relación padres-hijos-docentes-estudiantes. Los papás actualmente están más preocupados por otras cosas y creen que hacen bien con solo dejar a los muchachos en las escuelas. El colegio enseña las materias, pero los valores se educan en el hogar.
Lo que las redes no enseñan
Misle explicó que, en ocasiones, los muchachos frecuentemente desconocen las consecuencias morales, sociales y legales de estas prácticas peligrosas que hasta el momento han ocasionado fracturas de cráneo, brazos, piernas o rostro, y podrían incluso provocar la muerte del joven.
Hay que hablar con los muchachos sobre las consecuencias legales que estos juegos pueden provocar, Muchos no saben que, si el niño muere, los demás que participan en el juego pueden ir presos. Es importante tomar consciencia del uso que hacen nuestros niños y adolescentes de las redes sociales. Conocer qué tipo de material están consumiendo de manera responsable y supervisada, dijo Misle.
Jordan añadió que, en ocasiones, esto ocurre cuando el joven busca ser aceptado o reconocido. Es muy peligroso porque se pierde la sensibilidad hacia el otro. Pasa que en la adolescencia los padres pasan a un segundo plano y el círculo cercano de estos muchachos son sus amigos, en ocasiones sienten que no encajan en el grupo o no son tomados en cuenta y se prestan para estas prácticas para ganar reconocimiento o aceptación.
Por su parte, el experto destacó que cuando se trata de fenómenos como este, que se hacen virales mundialmente a través de las redes sociales, es difícil manejar estadísticas oficiales de los casos y sus consecuencias, pero para poder evitar que esto ocurra en la familia, lo mejor es crear espacios de acercamiento entre los padres y los jóvenes.
Nosotros lo vemos en los recesos y pasillos de las escuelas, la violencia está presente. Me pasó una vez que di una charla en un salón de 4to grado, no son ni siquiera adolescentes, y conversando con los niños sobre cómo se divertían me hablaron de al menos 5 modalidades de juego una más violenta que la otra, contó el especialista.
Por lo que coincidió con Jordan: Hay que aprovechar todos los espacios posibles para ayudar a estos jóvenes a formarse e intercambiar experiencias, porque generalmente esto ocurre cuando el adolescente está buscando atención y reconocimiento.
Llamado de atención
Misle explicó que la educación emocional es una responsabilidad compartida entre el docente y los padres, un proceso de acompañamiento hacia el niño o adolescente en las distintas etapas de aprendizaje de su vida, en las que van desarrollando las habilidades necesarias para enfrentar el futuro.
Si este tipo de prácticas son aplicadas contra niños temerosos, es posible que en el futuro actúen de forma violenta para defenderse. Hay que aprovechar que las redes sociales ponen sobre la mesa este tipo de temas para abordarlo de la manera más adecuada, dijo Misle.
Ambos especialistas coinciden en que no es exagerado pensar que, si un niño o adolescente que practica este tipo de juegos peligrosos experimenta placer, satisfacción, reconocimiento o valentía al infringir dolor a sus compañeros, podría estar germinando en ellos una conducta delincuencial.
La necesidad de grabar estas prácticas, de difundirlas y hacerlas virales denotan una necesidad de atención y reconocimiento en esos jóvenes, que buscan hacerse populares. Hay que hablar con los muchachos, porque podría estar germinando un futuro delincuente, añadió Misle.
La psicopedagoga añadió: Los padres deben hablar con sus hijos no solo desde la queja o el regaño, sino buscar espacios comunes donde se sientan cómodos. Es importante conocer sus intereses, los amigos con los que se rodean, los valores que aprenden de esos muchachos. Tanto los padres como los docentes tienen que dar una imagen de autoridad afectuosa, que pone sus reglas y límites, pero que están dispuestos a escuchador, aconsejarlos y apoyarlos. Si las redes se usan a favor les podemos sacar mucho provecho.