San Pedro Soloma huele a muerte tras alud que acabó con 12 personas

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    Dos días después de que un alud acabara con la vida de 12 personas en el pequeño pueblo de San Pedro Soloma, en Guatemala, la incredulidad y el estupor reinan en el ambiente. En la zona cero del desastre aún se ven las secuelas. Toneladas de tierra, piedras y escombros se amontonan sobre la carretera, en la que trabajan casi una veintena de funcionarios. Esperan dejarla libre para el sábado.

    Pero las consecuencias de este nuevo deslizamiento de tierra, a causa de la fuertes lluvias que en la zona no han parado de caer desde hace casi una semana, pueden ser mayores. Guatemala es un país altamente vulnerable a los desastres naturales, pero parece que se les ha olvidado.

    Las grietas y la sobresaturación del cerro de la Cumbre de Wachuna, uno de los puntos más altos de la Sierra de los Cuchumatanes, son graves. Los vecinos, asustados, han dejado sus casas a toda prisa. Sólo los cerdos, los perros, las gallinas y algunas vacas aún están amarradas en sus pesebres.

    Guillermo Mendoza, uno de los técnicos estatales que trabaja en el área, cuenta que unos 400 metros de red vial están obstruidos por un alud de tierra de más de 40.000 metros cúbicos que enterró tres vehículos y que se desplazó unos 400 metros sobre el barranco, llevando consigo todo a su paso: casas y cosechas.

    Pero puede que haya más deslizamientos. El área es inestable.