La falta de actividad física o sedentarismo de los últimos meses por la pandemia de COVID-19 genera consecuencias en el organismo ante un cambio de rutina que evita la circulación adecuada de la sangre e incrementa el estar sentados por largas jornadas, acciones que podrían producir una sobrecarga del sistema venoso.
El presidente de la Sociedad Venezolana de Cardiología (SVC), José Miguel Torres Viera, explica que en las condiciones actuales de aislamiento los porcentajes de personas con afecciones del corazón están en riesgo de aumentar por estos motivos.
El cardiólogo intervencionista indica que enfermedades como la trombosis venosa profunda (TVP) es padecida por 1 de cada 10 mil personas y 20% de los adultos de más de 40 años de edad tienen la posibilidad de sufrirla, mientras que para los de 80 años de edad el porcentaje disminuye a 8%. Cifras que la falta de ejercicio podría incrementar.
La trombosis venosa profunda es una condición que se produce cuando se forma un coágulo de sangre en una o más venas profundas del cuerpo y algunas veces puede causar dolor o hinchazón, pero otras veces puede estar presente sin síntoma alguno, explica Viera, mientras participa en el foro Afectaciones de la Trombosis Venosa Profunda y su manejo durante el aislamiento, realizado por Laboratorios Farma, Conecta Comunicaciones y la SVC.
El problema, enfatiza el especialista, se debe a que la sangre tiene un proceso de circulación por las arterias que va desde el corazón hacia los pies, una vez en los pies, esta vuelve por las venas hacia el corazón y de allí a los pulmones para oxigenarse. Cuando ese proceso no está bien y no existe retorno de la sangre, la sangre se solidifica convirtiéndose en coágulos que dificultan o impiden su circulación habitual,agrega.
La obstrucción de las arterias que llevan el flujo sanguíneo y el oxígeno al corazón frecuentemente genera diversas enfermedades cardiovasculares y, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren más de 7,4 millones de personas en el mundo por tener un infarto.
Ante la actual realidad de cuarentena y teletrabajo el galeno recomienda elevar las piernas, flexionar los tobillos y extenderlas 10 veces cada media hora para disminuir el riesgo de coagulación de la sangre. Señala que es pertinente tener una rutina con pausas activas que permitan el estiramiento de músculos y extremidades, así estemos desde casa.
Además del sedentarismo como factor de riesgo, hay otros que también aumentan la posibilidad de padecer enfermedades del corazón, entre ellos el tabaquismo y la obesidad. Razón por la cual, sumada a una actividad física en el hogar, se recomienda evitar el cigarro y tener una dieta sana que controle los niveles de colesterol y azúcar en sangre, ingesta de fibras y consumir ácidos grasos insaturados presentes en proteínas como el pescado.
Venezuela es un país donde 50% de los hipertensos no se controla, afirmación hecha por el cardiólogo Igor Morr, en febrero de este año, a un mes del inicio de la cuarentena y el aislamiento físico. Esto que, sumado a un cambio en la rutina, la manera de trabajar y de realizar las distintas tareas diarias, producto de medidas para enfrentar una pandemia, genera consecuencias en el organismo humano.
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