Juan Carlos Monsalve, un taxista de 40 años de edad, expresó que los ahorros que había juntado «se desaparecieron los primeros días» del aislamiento implementado por la administración de Nicolás Maduro para frenar los contagios del coronavirus COVID-19.
Al no poder salir a trabajar, sus posibilidades de adquirir los productos que necesita su familia para estar tranquilos en el hogar son limitadas.
«Esto afecta en todos los sentidos, porque al ser un trabajador independiente se vive de los ingresos diarios que ya no podremos percibir y sin saber por cuantos días», manifestó.
Este hombre, responsable de mantener a su madre e hijo, expresó que por ahora rinden los alimentos: «Estamos en la dura situación de racionar lo poco que tenemos».
Sin embargo, aseguró que ha podido comprar algo de comida gracias a un bono de 300 mil bolívares otorgado a través del carnet de la patria.
«Al no poder comprar todo lo necesario uno se arriesga a comprar más caro cada vez que sales a adquirir los alimentos», relató Monsalve.
Aseguró que cada día los precios de la comida son incrementados, a pesar de ser la misma marca que vio en compras anteriores.
«Espero pronto se flexibilicen las medidas para poder salir a conseguir el dinero para la sobrevivencia diaria, porque si no nos mata la pandemia nos puede matar el hambre».
Conserva la esperanza de que los anuncios de Nicolás Maduro sobre la protección de los trabajadores informales y los beneficios a las familias se cumplan a cabalidad y que «sean más efectivos en la entrega del beneficio CLAP y las ayudas de los bonos».
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