Con un sencillo pero emotivo acto, las autoridades de la Universidad Simón Bolívar celebraron este lunes, sus primeros 50 años de actividades académicas. Con presencia de estudiantes, profesores, personal administrativo y obrero, el profesor Luis Loreto, cronista de la casa de estudios, hizo un recuento de la historia de la creación de la Universidad.
Recordó que cuando se iniciaron las actividades académicas el 19 de enero de 1970, la USB contaba con un cuerpo profesoral preparado y fogueado que provenía de la Universidad Central de Venezuela; incluso personal administrativo y obrero con experiencia universitaria se incorporó a las labores en la nueva universidad.
Destacó que la USB puede llegar a la cima donde estuvo, y superarla, pero tendrá que ser bajo otro criterio, el de un venezolano diferente que haya sabido superar las adversidades.
Para Loreto, la Universidad Simón Bolívar continúa creando futuro, y lo demuestra con hechos como la fundación reciente de dos nuevas carreras: Economía y la Licenciatura en Estudios y Artes Liberales. Esta familia tiene que revivir porque tenemos un espíritu universitario que nos mueve.
En representación de los estudiantes habló David Cedeño, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes USB, quien afirmó que el gran reto que tiene la universidad en el presente y de cara al futuro es mantenerse como una fortaleza para la siembra, crecimiento y admiración del ser humano; que desde la Biblioteca, que debería estar abierta, desde los laboratorios, que deberían contar con todos los recursos, desde las aulas, que deberían estar a la vanguardia, desde el Rectorado, que debería contar con Autoridades electas bajo el principio de autodeterminación, salgan los mejores hombres y mujeres para nuestro país, para que nazca el nuevo mundo que tanto merecemos.
El profesor Cristian Álvarez habló en nombre del personal académico, y recordó la expresión de Rafael Caldera, entonces presidente de Venezuela, con la que dio comienzo a la lección inaugural el 19 de enero de 1970: Es muy emocionante poner a andar una universidad.
La frase, afirmó Álvarez, es exacta y para nada gratuita, porque en su síntesis sencilla sobre ese gesto memorable de activación fundante, alude a la inserción en la rica historia del movimiento y el hacer universitarios, de su mirada al futuro para explorar, descubrir y construir con el norte de la verdad que nunca termina de alcanzarse; alude a la siempre joven y alegre comunidad de profesores y estudiantes que, con el apoyo de trabajadores y obreros, se dedica con tesón a la realización de esta tarea que redundará en el servicio del país; alude a la convicción, que se identifica con la emoción inefable de hallarse en lo cierto, de participar en comunidad en la concreción de algo muy bueno y trascendente.
Es este el motivo de la celebración, expresó, la afirmación de estar aquí y continuar en la universidad y su labor de búsqueda, a pesar de las oscuras acciones y omisiones externas e internas que son afines a la vocación del «campamento» y su temporalidad. La celebración es también un sí convencido que aspira a corresponder con gratitud a todos los miembros de la comunidad que han dado lo mejor de su ser y tiempo de su vida para hacer posible lo que es y significa la USB: a los estudiantes, profesores, egresados, empleados, obreros, autoridades y amigos de la universidad; a aquellos que nos precedieron y a los que todavía continúan con fe y amor en nuestros campus.
Culminó su discurso con otra frase de la lección inaugural de Rafael Caldera, que confirma en un deseo lo que es base de la esencia y vocación de la institución: «Que en esta Universidad la libertad sea un hecho claro, firme y permanente». Y quiero concluir por mi parte: que el cultivo y el ejercicio de la conciencia libre guíe nuestra labor en la Universidad Simón Bolívar; que esta misma convicción sea el camino para servir a Venezuela.
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