Venezuela, desde mediados de 2014, comenzó a reportar la mayor migración de su historia, comparada por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) con la crisis migratoria de la guerra civil en Siria. Con más de 5 millones de venezolanos regados por el mundo, la sorpresiva llegada del COVID-19 cambió la vida de muchos.
Al principio de la cuarentana en HispanoPost denunciamos la situación en la que se encontraba un grupo de venezolanos que, por diversas razones, se quedaron varados en Perú, apegados a la fe de que este momento pasaría rápido, y solo pedían volver. Hoy les contamos la historia de venezolanos en Argentina que piden ser escuchados y repatriados a su país.
Vine acá por una oferta laboral. Una amiga se ofreció a ayudarme por la situación en Venezuela y a los 15 días pasó lo de la cuarentena. Los pocos ahorros se me fueron, esa persona me dio la espalda, contó Ennys Vargas, dedicada a los recursos humanos. Corrió con suerte de ser auxiliada por otra amiga: Pero nada seguro porque no hay trabajo, no he hecho papeles. Toda esta situación emocionalmente me afectó y decidí irme en cuanto pudiese, pero pensé que sería más fácil.
Conocer que no es la única en esta situación la motivó a organizar un grupo de WhatsApp: Tenemos el plan B de irnos por tierra sino sale un vuelo comercial o de repatriación, porque hemos hecho lo humanamente posible para ser vistos o tomados en cuenta en Venezuela. Nadie nos ha dado una respuesta favorable, pero la situación de Brasil es sumamente difícil, muy compleja y delicada. No nos dan la esperanza de abrir fronteras para atravesar ese país en un vuelo.
Destacó que, de acuerdo con sus cálculos, se trata de unos 1.200 venezolanos en situación vulnerable en Argentina. Queremos tocar su corazón y llegar a las personas indicadas. Aquí hay personas que vendieron sus cosas porque ya tenían un proyecto de regresar y quedaron con el boleto comprado o como yo que íbamos a comprar. Otras no tienen dinero y todo esto les ha causado emocionalmente un choque. No tienen para comprar comida, pagar alquiler o medicinas. Quieren volver. El frío está incrementando. Hay realidades diversas.
Un llamado masivo
Maikool Martínez es un publicista venezolano de 32 años de edad que ha dedicado los últimos 6 años a viajar por distintos países; trabajando, conociendo y disfrutando. Estaba de paso en Buenos Aires, luego de vivir un año en España. Se dedicaba a la hostelería, hasta que decidió volver a su país y renunció a lo que lo ataba laboralmente con Argentina.
Con pasaje de regreso para el 1 abril, lo sorprendió el coronavirus. Decidí volver a Venezuela, porque llevo muchos años fuera del país, viajando por varios países. Quería ver a mi familia, tengo muchos años sin verlos. Mis planes estaban claros: regresarme a Venezuela, estar con mi familia y quedarme un tiempo allá y quería calmarme un poquito. Renuncié a mi trabajo, dijo Martínez.
Por redes sociales se topó con uno de los tantos grupos de venezolanos varados en Argentina, decidió unirse e instar al gobierno a que nos ayude. Es un derecho que tenemos los venezolanos, bien sea la repatriación o el vuelo humanitario. La mayoría de los que estamos en el grupo, tenemos boleto aéreo comprado. Nosotros lo que queremos es volver al país.
Sin embargo, la COVID-19 llegó y cambió su agenda: Una locura total. No creí que fuera tan grave cuando nos enteramos el año pasado, pero fíjate a las circunstancias a las que hemos llegado. Hemos ido a la embajada y no nos dan respuesta, solo nos dicen que estamos varados. El consulado nos responde que estamos en una supuesta lista de espera, no tenemos una información concreta.
Con el tiempo el dinero se diluyó y Martínez pasó al grupo de vulnerables: Hay personas que están comiendo una o dos veces al día, porque no tenemos dinero. Esto se escapó de nuestras manos. A mí, por ejemplo, me botaron de la residencia donde me estaba quedando porque no tenía para pagar el alquiler, me recibió una amiga. El tema de la comida lo tengo grave, es difícil. Hay personas que están enfermas o que les nacieron sus hijos en Venezuela.
Las embajadas no ayudan
Gabriel Pache, un venezolano de 21 años de edad y estudiante de Psicología, tenía año y medio viviendo en Argentina cuando decretaron la cuarentena. En el país sureño convive con su hermano y dos primos. Tenía boleto aéreo comprado para el 25 de marzo, su plan era volver a Venezuela por un lapso de tres meses para visitar a su familia y amigos y luego volver a migrar.
Hoy se despeña como uno de los voceros principales de estos venezolanos varados en Argentina: Llevo dos meses sin trabajo. Manteniéndome por mis propios medios y ahorros. Gracias a Dios nosotros estamos bien, pero estamos muy metidos con lo del grupo porque hay personas mayores y con niños que están viviendo una situación muy precaria. Muy difícil.
Pache, al igual que muchos, critica la falta de respuesta de parte de las autoridades. El gobierno venezolano no da respuesta de nada, ninguna de las dos embajadas en Argentina. La de Guaidó dice que no tiene recursos y la de Maduro no tiene respuesta. Deben habilitar los vuelos de los venezolanos tienen pasajes para retornar, que se tomen las medidas necesarias, pero que salgan los vuelos.
El frío comienza a asomar su cara por las calles de Argentina y se convierte en una nueva preocupación, tal como lo expuso Jesús Naranjo. Somos más de 1.000 venezolanos contando a las personas sin boleto. La mayoría de los varados se encuentra en Buenos Aires, pero hay algunos que se encuentran en otras provincias de Argentina. Recientemente el frío se ha incrementado y las personas no están preparadas con la indumentaria necesaria.
Sobre la falta de respuestas, Naranjo dijo: Lamentablemente la embajada venezolana está cerrada desde marzo y solo nos responden por correo, que están recibiendo los datos que les mandamos. Hemos ido a todo tipo de instituciones y todas nos indican que es la embajada la que debe pedir el vuelo para nosotros. También estamos en contacto con un grupo de personas en Venezuela que residen en Argentina y quieren regresar.